Fuente: El Periódico de la Energía
El caso es que el Ministerio para la Transición Ecológica ha oído los mensajes del sector eléctrico y también ha visto la señales del mercado en los últimos meses. Es por ello que acaba de lanzar una propuesta de resolución con la que dar forma a ese mercado de capacidad, poner las bases de este nuevo mecanismo que será fundamental para la estabilidad del sistema eléctrico español.
El contexto energético actual, caracterizado por una elevada integración de instalaciones de producción de energía eléctrica de origen renovable en el mercado eléctrico nacional, requiere de instrumentos de acompañamiento que contribuyan a la incorporación de fuentes de flexibilidad que permitan garantizar la seguridad de suministro.
Los mecanismos de capacidad se sitúan precisamente como la herramienta regulatoria idónea para lograr dicha seguridad de suministro en el corto, medio y largo plazo, incentivando el despliegue de tecnologías que aporten firmeza y flexibilidad al sistema eléctrico, tales como los ciclos combinados, el almacenamiento o la respuesta de la demanda.
La aprobación de un mecanismo de capacidad en el ámbito nacional requiere del
cumplimiento previo de una serie de requisitos previstos en la normativa europea. Así, además de la ordinaria tramitación de ámbito interno, que dio comienzo con el sometimiento a audiencia pública de la propuesta de Orden Ministerial hace dos años por la que se aprueba un mercado de capacidad en el sistema eléctrico peninsular, se le suma la tramitación de ámbito europeo, contenida en el Capítulo IV del Reglamento (UE) 2019/943, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de junio 2019, relativo al mercado interior de la electricidad, dedicado a la cobertura de la demanda.
Es por ello, que ahora entre otros requisitos previos, se deben establecer los valores del denominado valor de carga perdida y estándar de fiabilidad.
Para entenderlo hay que ir un poco atrás. La subasta llevada a cabo en octubre de
2022 que asignó el servicio Servicio de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD) entre los clientes industriales para el período de contratación del 1 de noviembre de 2022 al 31 de octubre de 2023, se cerró a un precio de 189.899 €/MW. En otras palabras, los clientes industriales que obtuvieron el contrato SRAD en dicha subasta estaban dispuestos a asumir el riesgo de ser interrumpidos a cambio de recibir 189.899 €/MW.
Pues bien el valor de carga perdida de los consumidores industriales sale de esta fórmula. Tomando el valor más alto de estas estimaciones, un cliente industrial que obtuvo
un contrato SRAD podría esperar ser interrumpido un máximo de 8,3 horas durante
la duración del contrato. Esto resulta en un VoLL de 22.879 €/MWh. Esta cifra es similar a la de la media de la UE.