Fuente: Invertia
El precio del gas en Europa, en el índice holandés TTF, se dispara hasta rozar el límite psicológico de los 44 euros/MWh. La subida contradice los niveles de almacenamiento de gas en el Viejo Continente, que superan el 90% de llenado a inicios de noviembre.
Y al subir el gas, sube la electricidad, que además fluctúa al albur del volumen de generación de energía renovable (especialmente eólica), los cambios en la demanda y los derechos de emisiones en el mercado de CO2.
Suecia (28,7 euros/MWh) y Francia (37,8 euros/MWh) pueden presumir de precios más bajos, el primero por las centrales hidráulicas y el segundo por la generación nuclear.
Mucha especulación
Y precisamente esta decisión, una mayor producción, podría hacer caer los precios en los mercados internacionales.
“Llevamos ya muchas semanas de precio muy alto. No creo que sea temporal. Va a ser difícil romper la tendencia actual, con un grado de especulación muy elevado, con los fondos de inversión con posiciones alcistas en máximos”.
“Va a costar que los fundamentales del mercado físico se impongan a corto plazo. No está ayudando que en el norte de Europa esté haciendo frío estas semanas y la generación eólica se haya caído. Necesitamos ver moderación de demanda de gas en los hogares europeos”. “Esto es clave hoy”.
Sobre la nueva Administración de EEUU, las nuevas terminales de GNL (gas natural licuado) están previstas entren gradualmente a partir de 2025 y 2026, hasta 2030. No afectará a los precios de corto plazo.
La demanda europea de gas aumentó un 40% la semana pasada, por la falta de viento y las temperaturas más frías que aumentaron los requisitos de calefacción. En Alemania, por ejemplo, la producción eólica disminuyó más de un 40% intersemanal, lo que elevó los precios de la electricidad a más de 800 €/MWh, su nivel más alto desde la crisis energética de 2022.
Caída de la eólica
El déficit en la producción de energía eólica se compensó en gran medida con una mayor quema de gas en el sector eléctrico, que se ha ido disparando más del 50% semana tras semana, según explica Greg Molnár, analista de gas de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Además, las temperaturas más frías impulsan la demanda de calefacción en los sectores residencial y comercial, con un aumento de su consumo de alrededor del 45% intersemanal.
Según un nuevo informe de Aurora Energy Research, consultora de análisis de mercados energéticos, se cuantifica el posible impacto de la llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU en los mercados globales de gas.
Gas estadounidense
Según Aurora, la nueva administración añade incertidumbre a los mercados globales de gas, pero se traduciría con una posible reducción de los precios del gas en los próximos años.
Bajo la administración de Trump, la expansión de la capacidad de exportación de GNL podría ser rápida si un gobierno liderado por los republicanos decide acelerar las aprobaciones de terminales de GNL y “liberar” la energía estadounidense, comenzando con la eliminación de la pausa impuesta por Biden en cuanto al GNL, lo que podría aumentar las exportaciones hasta en un 15% para 2030.
El índice de referencia de gas europeo TTF podría disminuir hasta un 9% en comparación con el escenario central de Aurora si esto ocurre, mientras que los precios del gas asiático también podrían caer hasta un 6%. Para satisfacer esta demanda de exportaciones adicionales, se proyecta que la producción de gas de EEUU crezca un 4% para 2030, según Aurora.
Sin embargo, las exportaciones internacionales de GNL podrían disminuir debido a la menor demanda de China, si Trump también introduce sus aranceles universales propuestos.