Fuente: Invertia
En un mes se cumplirán ya los tres años en que Rusia mantiene su ofensiva en Ucrania, y se siguen viviendo aún los coletazos de la crisis energética que inicialmente produjo el conflicto.
“No hay duda de que los costes de la luz y el gas siguen siendo muy altos en Europa, y quien más sufre por ello es la competitividad de la industria”, ha dicho Pedro Antonio Merino, director de Estudios y Economista Jefe en Repsol, durante la presentación del Anuario Estadístico-Energético 2024 de la energética española.
Alemania es, solo por detrás de Reino Unido, el país donde su industria paga más cara la electricidad de la lista analizada. Si en 2023, el precio medio de la electricidad para usuarios industriales alemanes fue de unos 120 euros/MWh, en Estados Unidos se cae por debajo de los 40 euros/MWh, y en China casi alcanza los 20 euros/MWh.
Pero ¿cómo es posible que teniendo la Unión Europea un mix eléctrico con cada vez más porcentaje de energías renovables, el precio de la luz sea tan alto? La respuesta está en el CO2 y en la calefacción de los alemanes.
Mercado de CO2
“La población tiene que encender las calefacciones para no pasar frío”, explica. Y esto provoca “un aumento de la demanda de gas, pero como su precio se dispara y es más barato quemar carbón, que emite más CO2, hace que suba el precio de los derechos de emisión en el mercado europeo, que se extiende al resto de países”.
Las centrales térmicas y las industrias que participan en el comercio de derechos de emisión de la UE (ETS EU) tienen derecho a emitir una cierta cantidad de gases de efecto invernadero. Si lo superan, deben comprar más derechos de emisiones, lo que dispara su precio.
“La demanda de calefacción sostenida en el noroeste de Europa hasta al menos el 23 de enero y la baja producción eólica en Alemania están impulsando el uso de combustibles más caros”, señala a EL ESPAÑOL-Invertia, Andrés Gangutia, senior corporate trader de la consultora Vertis Environmental Finance, especializada en el mercado de CO2.
“Además, las cifras de cambio de combustible sugieren que el carbón sigue siendo más rentable que el gas, incentivando el cambio inverso hacia el carbón”, añade.
Cuando sube el precio del CO2 (es decir, el precio de las emisiones de dióxido de carbono en el mercado de derechos de emisión), el precio de la electricidad suele subir porque se traslada ese aumento al mercado mayorista y, como consecuencia, al precio final de la electricidad.
“Aunque ha crecido la generación renovable en España, las tecnologías que predominan en la casación de precios son los ciclos combinados de gas y la gran hidráulica (regulable)“.
Sistema marginalista
“El coste de producir electricidad con gas ha aumentado un 80% durante el último año, a causa de la escalada del gas y las emisiones de CO2”, detallan.
La suma agregada de la generación de las tecnologías que suelen ofertar con precios cercanos a cero (que incluye a la nuclear y a las tecnologías renovables con origen que dependen del clima, como la eólica, la solar y la hidráulica no regulable) ha crecido un 14,71% respecto a hace un año.
Este grupo de tecnologías ha producido un 70% de la electricidad generada en España durante la primera quincena de enero.
Sin embargo, este aumento de la oferta de energía con un coste de oportunidad cercano a cero no ha sido suficiente para moderar los precios de la electricidad.
Con el 19,2% de la generación, la gran hidráulica (embalses) y los ciclos combinados de gas han fijado precio el 65% de las horas de casación, en niveles superiores a los 100 euros/MWh. Aunque han perdido protagonismo en el volumen de electricidad que producen, mantienen una posición dominante para marcar los precios de la electricidad.
En definitiva, que la combinación de todos estos factores dan como resultado que en España, cuando los alemanes encienden su calefacción, el precio de la luz suba.
Mix eléctricos.
Según el Anuario Estadístico-Energético 2024 de Repsol, el peso del carbón en el conjunto del mix eléctrico en 2023 en Alemania sigue siendo muy alto, con un 26,5% sobre el total. Solo le supera la eólica, con un 27,6%, le sigue el gas con un 16,3%, la solar con un 11,9% y la biomasa con un 10,2%. Por último, la hidroeléctrica con un 5% y la nuclear con un 1,4% cierran la lista (petróleo -0,8%- y otras renovables -0,4%-, no llegan al 1%).
En el caso de España, con datos de 2023, la principal fuente de electricidad fue la eólica, con un 22,7%, seguida del gas, con un 22,5% y la nuclear, con un 20,1%. Detrás, la solar con un 16,6% y la hidroeléctrica con un 11%. Por último, petróleo (3,2%), biomasa (2,2%), carbón (1,5%) y otras renovables (0,1%), cierran la lista.