Fuente: El Economista
La candidata a comisaria de Competencia y vicepresidenta Ejecutiva de Transición Limpia de la UE, Teresa Ribera, ha dejado la puerta abierta a un aumento de la nuclear en la Unión Europea. Según ha informado Político este miércoles, Ribera aseguró que en su nueva posición no se opondría a la expansión de la energía nuclear en el continente.
“Creo que ha habido… un gran respeto hacia cada decisión diferente que cada estado miembro ha tomado en consideración al definir sus sistemas eléctricos y sus diferentes opciones”, dijo en una conferencia de prensa, respondiendo a una pregunta sobre su postura sobre la energía nuclear. En referencia a su etapa como presidenta de las reuniones de ministros de Energía de la UE el año pasado, Ribera dijo que “jugó un papel muy importante para no minimizar a nadie y facilitar soluciones que puedan encajar y tener sentido en el cambio estratégico que está impulsando la economía europea“.
La todavía vicepresidenta tercera del Gobierno y Ministra de Transición Ecológica ha dado un respaldo a una tecnología que, a lo largo de su andadura en el Miteco, ha visto un claro retroceso. Político destaca que, con estas declaraciones, la candidata al Ejecutivo comunitario trata de trasladar tranquilidad a países pronucleares, como Francia, que anteriormente habían expresado su preocupación de que el comisario europeo elegido por España pudiera oponerse a una expansión de la energía nuclear, justo cuando la tecnología gana impulso en Europa.
Las últimas declaraciones de Ribera coinciden en líneas generales con las instrucciones iniciales que dio la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a sus comisarios. En concreto, Von der Leyen habría ordenado al danés Dan Jørgensen, que se perfila como la cabeza visible de la energía bajo el mandato de Ribera, que apoye la construcción de reactores nucleares de pequeña escala de nueva generación. Ribera calificó de “gran error” la decisión de la UE de etiquetarla como inversión sostenible.
Impuestos y cierres en España
La postura del Gobierno en los últimos años con respecto a las nucleares ha estado claramente posicionado en su cierre y en reducir su peso dentro de la generación de electricidad global. Desde el pasado 1 de julio, la vicepresidenta elevó cerca de un 30% la conocida como ‘tasa Enresa‘, es decir, el pago que realizan las eléctricas que gestionan centrales nucleares —a la sazón, Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP—.
La subida, que finalmente fue inferior a la propuesta inicialmente del 40%, respondía a sufragar el gasto no solo de la desmantelación de las centrales nucleares, sino también de la gestión de los residuos radiactivos a lo largo de los años, mientras sigan emitiendo radiación.
Por lo pronto, las dos centrales nucleares que tienen su cierre más cercano son las de Almaraz (Cáceres) y Ascó (Tarragona), cuyos cierres están previstos para 2028 y 2030, respectivamente.