Fuente: El Economista
El presidente de AEGE, José Antonio Jainaga, afirmó ayer que “los consumidores electrointensivos somos actores clave en la transición energética, pero desafortunadamente, en estos momentos los requisitos para favorecer nuestra contribución no se cumplen. No operamos en igualdad de condiciones frente a nuestros competidores, por lo que reclamamos un marco en el que podamos invertir a partir de señales de precio estables y competitivas en el mercado eléctrico”.
En el contexto actual de ralentización económica, las industrias electrointensivas españolas continúan impulsando el país, sumando más de 20.000 millones de valor añadido y 60.000 empleos, estables. Sus 82 plantas productivas consumen el 10% de la demanda eléctrica peninsular.
Durante el Congreso anual, celebrado ayer, el director de Operación de Red Eléctrica, Tomás Domínguez, explicó que esté próximo mes de noviembre se podrá celebrar una nueva subasta para contar con el servicio de respuesta de la demanda (SRAD) durante el 2024.
La CNMC ha aprobado ya una resolución por la que se aprueba un nuevo procedimiento de operación que revisa de este modo el marco regulatorio aplicable al SRAD, creado inicialmente por el Real Decreto-Ley 17/2022.
“Tenemos que ser capaces de diseñar servicios de balance que aporten valor a la operación del sistema y que la demanda pueda aportar de forma competitiva”, explicó Tomás Domínguez en su intervención. “El SRAD es un buen ejemplo de ello, pero se ha de continuar trabajando en el diseño de otros productos”.
Juan Temboury , director de Fortia, señaló que “la gestión de la demanda es un complemento indispensable de flexibilidad para asegurar la fiabilidad de un sistema eléctrico descarbonizado”.
El sector reclamó también más inversión en redes para facilitar la transición energética de la industria. Marta Bango, directora de compras de Verallia, explicó que “tenemos un plan de descarbonización con objetivos exigentes basado en la electrificación. Para poder llevarlo a cabo necesitamos disponibilidad de red y energía renovable diversificada, confiable y competitiva”.
Álvaro Arana, desarrollo de negocio de Lhyfe España, indicó que “para que España juegue el papel que se espera de ella en el desarrollo de una economía de hidrógeno a nivel europeo, tendrá que cuidar a la industria, facilitando su transición”.
Y Manuel Giménez, director ejecutivo de SpainDC, aseguró que “algunas administraciones están siendo muy conscientes de que tienen por delante un reto transformador en materia de acceso a la potencia. Tienen que apostar por las infraestructuras digitales y lo tienen que hacer con decisión y valentía”. Giménez puntualizó, “aquellas que lo hagan verán cómo en sus territorios se crearán ecosistemas transformadores y de gran riqueza y aquellas que no lo comprendan se estarán condenando al atraso”.
Seguidamente, Nemesio Fernández-Cuesta, co-chair del grupo de Transición Energética en Alantra, expuso su visión sobre el momento actual de los mercados energéticos para avanzar en la transición hacia una economía descarbonizada y los productos qué pueden contribuir a su aceleración y destacó que en el año 2030 puede llegar a faltar gas en el mundo por la pérdida de cerca de 200.000 millones de inversión del sector.
A continuación, Cristina Rivero, directora de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima en CEOE, moderó el debate de la segunda mesa, Reindustrialización: cómo fijar las bases hacia la sostenibilidad industrial, con las intervenciones de Alberto Calero, responsable en España de Machine Ventures; María Fernández, consultora principal de Etalia; y Pedro Linares, investigador del Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia de Comillas.
En opinión de Alberto Calero, “el sector privado debe tener un papel activo y fundamental liderando la creación de productos completos y escalables con nuevas tecnologías, aportando su conocimiento operativo desde las fases más tempranas”.
Y María Fernández precisó que “la entrada con fuerza de Estados Unidos en la reindustrialización verde obligará a la Unión Europea a ser más ambiciosa, ejecutiva y práctica en su estrategia industrial si quiere ganar el liderazgo sobre las nuevas tecnologías, evitar la deslocalización y reducir la dependencia de las cadenas de suministro”.
Para Pedro Linares la sostenibilidad industrial debe basarse en la competitividad. “La energía es un factor relevante que debe acompañarse con procesos descarbonizados y competitivos a nivel internacional”, señaló en su intervención.