Fuente: El Economista
Pese a que el precio de la luz se mantendrá estable durante 2024 gracias a la implementación de la nueva PVPC, la factura de la electricidad sigue siendo alta. Al mismo tiempo, la capacidad de generación eólica de España se ha duplicado desde 2008 y la de energía solar se ha multiplicado por ocho durante el mismo período. Un escenario que nos convierte en potencia en energías renovables, pero que nos plantea la duda, ¿por qué está tan alta la luz si producimos cada vez más energías renovables?
Con datos de la OCU, tras un mes de abril con precios extraordinariamente bajos, el precio de la electricidad repuntó en mayo con una media de 30,4 euros/MWh en el mercado mayorista. Así, la factura media para hogares con el PVPC se ha elevado hasta los 54 euros.
La evolución anual precio medio de la factura de la luz en lo que va de 2024 es de 55,04 euros. En 2023 fue de 60,26 euros, mientras que en 2022 llegó a una cifra récord de 105,48 euros. Esta evolución se traduce en que la factura media está retornando poco a poco a los niveles anteriores a la crisis energética originada por la guerra. Aun así, los precios de la luz se mantienen al alza: para este miércoles 26 de junio, el precio medio de la luz será de 97,17 euros/MWh, un 38% superior respecto a la tarifa de ayer martes, cuando el precio medio final fue de 70,07 euros.
Producción renovable
Cifras que llegan en medio de la evolución positiva de la producción y consumo de energía renovable que se aprecia en el primer trimestre de 2024, según datos oficiales de la Red Eléctrica Española (REE).
En el mes de marzo de 2024, las renovables han alcanzado un récord de producción mensual, generando 14.591 GWh, lo que representa el 65,2% del total del mix energético, un máximo histórico. Esto supone un aumento del 15,6% respecto al mismo mes del año anterior. La energía eólica ha liderado la generación en marzo de 2024 por sexto mes consecutivo, con una participación del 27,1%, seguida de la hidráulica, 22%, y la solar fotovoltaica, en un 13,6%.
De esta forma, la generación de energía sin emisiones ha marcado su mejor registro, representando el 82,2% del total en España. Este dato demuestra un compromiso firme con la reducción de emisiones y la promoción de energías limpias.
España, el escenario de la energía renovable
Castilla-La Mancha tiene historia de energía eólica, tal como el escenario que Miguel de Cervantes graficó en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha. Y es que si nos adentramos en los páramos manchegos llegamos a enormes instalaciones eólicas, lo que vendría a ser el equivalente moderno de aquellos molinos de viento que asustaban al personaje icónico de la literatura española.
Solo en Toledo, hay 28 enormes turbinas que forman parte del parque eólico Sierra del Romeral, operadas por Iberdrola. Estas grandes instalaciones se suman a los más de 22.000 aerogeneradores (22.042) que operan hoy en España, distribuidos en 1.345 parques eólicos que generan 29.813 MW de potencia, 1.670 megas más de los que había a finales de 2021.
De esta forma, la capacidad de generación eólica de nuestro país, principal fuente de renovables en los últimos años, se ha duplicado desde 2008, mientras que la de energía solar se ha multiplicado por ocho durante el mismo período.
Estos datos convierten a España en una potencia en esta industria, siendo la segunda mayor infraestructura europea de energías renovables, después de Suecia. En esta línea, el actual Gobierno de España ha apostado fuerte por este sector al punto de pretender cubrir el 81% de las necesidades eléctricas del país con energías renovables para 2030.
El dilema en cuestión
Somos potencia en producir energía renovable, pero nuestras facturas de luz son elevadas. Esto responde a la forma que tiene el mercado de la energía de fijar los precios de la electricidad. “Si el precio lo marca la energía más cara, en este caso la hidroeléctrica, aunque produzcamos kilovatios mediante placas solares, centrales nucleares o molinos de viento, vamos a pagar más”, puntualizó.
Por esta razón, no se consigue rédito a la enorme producción energética que se hace en España. En esta línea, la única forma de conseguir lucrarse de estas inversiones es conseguir que la forma en la que se ejecuta el precio de la electricidad sea mediante la división del mercado entre energías renovables y las no renovables
Cuando entra en juego la oferta y la demanda
En este escenario donde existe demasiada producción entra en juego la oferta y la demanda. “Aunque la economía española se ha recuperado con fuerza del bache de la pandemia y está creciendo más rápido que las de otras potencias del bloque, el consumo de electricidad ha ido cayendo en los últimos años“, según una publicación de la BBC.
En esta línea, el año pasado, la demanda fue incluso inferior a la observada en el año 2020 durante la pandemia, y la más baja desde 2003, según datos de REE. “Lo que veíamos hasta 2005 era que, cuando el PIB aumentaba, la demanda de electricidad aumentaba más que el PIB“, explica a la BBC Miguel de la Torre Rodríguez, jefe de desarrollo de sistemas de la REE. Más recientemente, indica, “hemos visto que la demanda ha aumentado menos que el PIB. Lo que estamos viendo es una desvinculación entre la intensidad energética y la economía”.
Hay varias razones para la reciente caída de la demanda, explica el medio. Entre ellas la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania en 2022, que hizo que empresas y hogares de toda Europa redujeran su uso por los altos precios. Además, la eficiencia energética ha mejorado, y el mayor aporte de energías renovables también ha contribuido a reducir la demanda de electricidad de la red nacional.
Rodríguez afirma que, “durante las horas del día, cuando la producción de energía solar es particularmente fuerte, el equilibrio entre oferta y demanda puede desequilibrarse, lo que tiene un impacto en los precios”