Fuente: El Periódico de la Energía
A la energía nuclear se le abre la puerta para poder mantenerse operativa, o al menos parte del parque nuclear durante algunos años más.
El sector nuclear es como aquella película noventera de Este muerto, está muy vivo. Parecía que el futuro de la energía nuclear ya estaba dictado, con el calendario de cierre 2027-2035, pero un cambio en la presidencia del Gobierno tras las elecciones del 23J sería el primer paso para revocar una decisión de tanto calado para el sistema eléctrico español.
Primero, es necesario el cambio. El actual gobierno del PSOE se mantiene en sus trece de mantener el calendario de cierre escalonado de las centrales nucleares, a pesar de la crisis energética que se ha vivido. Parece más un tema ideológico que otra cosa.
Sin embargo, un nuevo gobierno de PP-Vox, que es lo más probable que suceda según las encuestas y viendo los resultados electorales del 28 de mayo en las Comunidades Autónomicas y Ayuntamientos, abriría la puerta del debate nuclear. Si se deben mantener o no en operación las actuales centrales nucleares.
Rentabilidad
Primero, el panorama político. Luego, hay que volver a echar números y ver cómo se puede extender la vida de las plantas y por cuántos años.
Las eléctricas lo tienen muy claro. Sin ir más lejos, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, dejó la puerta abierta a que se reabra el debate. Pero para ello se tiene que establecer un nuevo escenario que cambie la situación de las centrales.
Eso significa un escenario de rentabilidad para poder hacer las inversiones necesarias para la extensión de las centrales. Según las eléctricas, ese escenario pasa principalmente por cambiar el actual marco fiscal que ahoga las cuentas de las centrales nucleares.
Más de un tercio de los costes son impuestos y entre eso y un futuro de precios a la baja por el incremento de la producción renovable, es fundamental que el sector nuclear pacte una rebaja fiscal para mantenerse operativo. Sin eso, las eléctricas ven improbable el cambio.
Sin almacenamiento es imposible
Primero, el cambio político. Segundo, el cambio fiscal. Tercero, la tecnología. El cambio tecnológico para que se pueda producir con garantías el cierre nuclear en el calendario previsto parece no haber llegado. El almacenamiento no ha llegado ni se le espera para 2027 y probablemente para 2035 si no se pone remedio.
Construir centrales de bombeo puede llevar hasta 10 años de procedimiento entre tramitación y construcción. Y a día de hoy no tienen las nuevas centrales proyectadas ni punto de acceso. Y de baterías la verdad es que su situación es parecida, aunque comienza a despertarse del letargo.
Algunos profesionales del sector, como Javier Revuelta (AFRY), creen que el cierre programado de la nuclear sólo se puede llevar a cabo si se incrementa la capacidad de almacenamiento y de interconexiones.
En su último informe sobre España y su futuro energético, Revuelta pinta un panorama optimista para la nuclear porque no se puede técnicamente llevar a cabo el apagón sin una alta penetración de renovables con almacenamiento, y eso a día de hoy no está, ni tampoco para 2030.
Ahora, el gobierno está actualizando el Plan Nacional de Energía y Clima a 2030. El Ministerio que dirige Teresa Ribera ya se ha pronunciado que mantiene el calendario de cierre, pero el PNIEC no va a Misa, es sólo una guía. Puede haber cambios, y un nuevo gobierno de derechas cambiaría todo el actual panorama.
El adelanto electoral al 23J le da encima más margen a ese posible gobierno a cambiar el calendario y convertirlo en papel mojado. El primer paso para iniciar el apagón del reactor I de la central nuclear de Almaraz en octubre de 2027 se tendría que llevar a cabo en el otoño del próximo año. Por tanto, un nuevo gobierno tendría un año para tumbar el calendario de cierre previsto.
En definitiva, la nuclear parece ir retomando el pulso. Este muerto tiene pinta de resucitar.