Fuente: Expansión
El ejecutivo comunitario presenta la hoja de ruta definitiva para lograr su independencia energética respecto a Putin, aunque se mantienen las dudas sobre la ruptura de los contratos de suministro ya existentes.
Bruselas sigue avanzando en su plan para desligarse de Rusia. La Comisión Europea ha presentado hoy el plan de acción REPowerEU Roadmap con el que propone eliminar completamente las importaciones de gas ruso en 2027 y, con ello, alcanzar la independencia energética respecto a Rusia.
Este proceso, que se llevará a cabo de forma gradual para evitar un encarecimiento excesivo de los precios y problemas de suministro, contempla prohibir a finales de 2025 todas las importaciones de gas ruso (tanto el convencional como el licuado) adquirido a través de nuevos contratos o contratos spot ya existentes. Con ello, se estima que para finales de año la UE reduciría en un tercio el suministro de gas ruso.
En segundo lugar, la Comisión propone “intentar acabar” con todas las importaciones restantes de gas ruso, relacionadas con contratos a largo plazo, con vistas a su eliminación para finales de 2027. Esta partida comprende los dos tercios restantes del suministro de gas ruso y siempre ha sido la más controvertida, pues implica un incumplimiento de contrato difícil de justificar para evitar las consecuencias. Muchas empresas tienen compromiso bajo esos acuerdos de pagar el gas ruso independientemente de si se llevan a cabo las importaciones o no.
En ese sentido, Dan Jørgensen, Comisario de Energía ha detallado que se emitirá una prohibición a las importaciones de gas ruso que eximirá a las compañías de cumplir con sus obligaciones por “causa de fuerza mayor”. Según señalan fuentes comunitarias, el departamento legal de la Comisión cuenta ya con la base para dar cobertura a acción y la decisión de no comunicarlo hoy y esperar a junio ha sido “completamente política”.
“La Comisión implicará a los Estados miembros afectados y garantizará que las propuestas se basen en una evaluación adecuada de las repercusiones jurídicas y económicas para brindar la seguridad necesaria a las empresas”, ha asegurado el Ejecutivo comunitario.
Bruselas presentará la propuesta legislativa en junio. El hecho de que las medidas se vayan a articular como prohibiciones en lugar de como sanciones permite que puedan aprobarse por mayoría cualificada cuando llegue el momento de valorarlas en el Consejo Europeo. Además, no tienen que renovarse.
Según señalan fuentes comunitarias, la prohibición es un instrumento menos potente que la sanción, pero la clara oposición de países como la Hungría de Viktor Orbán habrían paralizado la propuesta casi con total seguridad.
“No volverán a chantajear a nuestros Estados miembros. No se volverán a gastar euros en llenar sus arcas de guerra. Su gas será prohibido. Su flota fantasma será detenida. Hacemos esto para preservar nuestra seguridad, pero también es un paso importante hacia la independencia energética: producir nuestra propia energía limpia y asequible en lugar de importar combustibles fósiles caros”, ha asegurado Jørgensen.
Planes nacionales
Por otro lado, desde Bruselas se pedirá a los países que elaboren planes nacionales antes de que finalice el año en los que deberán definir cómo contribuirán a la eliminación gradual de las importaciones de gas, energía nuclear y el petróleo rusos.
“Ha llegado el momento de que Europa corte por completo sus vínculos energéticos con un proveedor poco fiable. Y la energía que llega a nuestro continente no debería pagar una guerra contra Ucrania. Se lo debemos a nuestros ciudadanos, a nuestras empresas y a nuestros valientes amigos ucranianos”, ha indicado a su vez la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un comunicado.
Las sanciones de la UE han motivado que las importaciones de petróleo ruso se hayan reducido del 27% de principios de 2022 al 3% actual. Además, ya se prohibieron por completo las importaciones de carbón ruso a la UE y la recarga de cargamentos en puertos de la UE que transporten gas natural licuado (GNL) procedente de Rusia. En cuanto a la energía nuclear, las empresas públicas que operan reactores nucleares de diseño ruso han firmado contratos para trabajar con producido por proveedores alternativos a Rusia.
El gas era el último reducto de energía ruso realmente significativo. Aunque el peso de Rusia en las importaciones de gas ha pasado del 45% que suponía en 2021 al 19% en el que finalizó 2024 (de 150 km³ de gas a 52), sigue siendo una cuantía grande que la Comisión quiere atajar para reforzar el castigo por la invasión de Ucrania.
Bruselas espera que el enfoque gradual garantice que la última etapa de su plan para desligarse energéticamente de Rusia no suponga un shock para los precios. En su análisis, el Ejecutivo comunitario señala que cada vez hay más oferta de gas natural en el mercado, una tendencia que esperan que se mantenga al alza, por lo que el peso relativo de Rusia va menguando. Al mismo tiempo, la UE estima que su demanda de esta energía será cada vez menor por el mayor recurso a otras fuentes, como las renovables.
“Este enfoque ayudará a minimizar el impacto en los precios, a estabilizar los mercados mediante suministros alternativos seguros y predecibles, y a proporcionar seguridad jurídica. Todas las medidas propuestas irán acompañadas de esfuerzos sostenidos para garantizar suministros alternativos y optimizar el uso de la infraestructura de gas existente. También se sustentarán en los objetivos de transición limpia de la UE”, aseguran desde la Comisión.
Eso sí, Jørgensen reconoce que “para algunos países la transición será más difícil que para otros y por eso son necesarios los planes nacionales”.