Fuente: El Economista
La cogeneración ha iniciado la cuenta atrás para su colapso general. El sector ha advertido al Gobierno que las instalaciones que todavía operan pueden acabar parando en el segundo semestre si no se acelera la publicación del nuevo marco normativo, un extremo que debería producirse en un plazo inferior a los cien días para evitar esta parada masiva.
La anunciada reforma de la metodología de retribución -prevista para mayo de 2022- sigue sin concretarse y el Gobierno ha decidido prorrogar la regulación del año pasado hasta que presente una nueva propuesta.
A finales de diciembre, el Ministerio de Transición Ecológica indicó al sector que esta metodología estaría lista en semanas pero la cogeneración sigue esperando los detalles casi tres meses después y lamenta la incertidumbre que les genera a la hora de planificar así como la pérdida de competitividad industrial frente a sus homólogos europeos.
Con la actual regulación sobre la mesa, las previsiones de precios se incumplen ya que el mercado mayorista de la electricidad no está reflejando las cifras marcadas por el Ejecutivo, ni tampoco los precios del gas natural.
Este desacoplamiento se hará mucho más grave en junio cuando está previsto que el Ministerio tenga que revisar -presumiblemente a la baja- los precios del gas natural y mantenga la previsión de coste para la electricidad. Esta situación supondrá que todas las plantas pierdan su retribución regulada y les llevará a paralizar su producción.
Este extremo puede además implicar un problema añadido para el sector eléctrico ya que de reducirse la producción de estas instalaciones se incrementa a su vez la demanda de electricidad y esto supone dejar los márgenes de seguridad de suministro en una situación extrema. De hecho, la propia CNMC reconoce que los abultados retrasos por parte del Gobierno para publicar las retribuciones del sector provocan un riesgo para el suministro de electricidad.