Fuente: El Periódico de la Energía
La Comisión Europea se ha marcado como objetivo que la futura reforma del mercado eléctrico europeo entre en vigor antes del próximo invierno, para que los consumidores y el sistema en general puedan ya beneficiarse desde entonces de algunas de sus medidas en caso de que se repita un escenario de altos precios.
Existe, de hecho, la voluntad de que salga adelante lo más rápido posible y que esté adoptada antes de 2024, según fuentes de la Comisión Europea (CE), institución que ha presentado una propuesta basada en las renovables, los mercados a largo plazo y la protección de los consumidores, a los que confiere un mayor poder de decisión.
Entre las novedades está la obligación de que en cada Estado miembro los consumidores tengan un tipo de contrato fijo por un período de, al menos, un año, tras observar que en algunos países los interesados en cambiar las condiciones de contratación en plena crisis energética no podían suscribir ninguno que les ofreciera precios fijos a más de tres meses vista.
La propuesta de la reforma del mercado eléctrico
También se plantea que los consumidores puedan tener derecho a más de un contrato de suministro, a más de un comercializador de energía y a más de un punto de lectura.
De esta forma, quien disponga de una bomba de calor y de un coche eléctrico, por ejemplo, puede tener estos dispositivos con un comercializador y una tarifa variable indexada a la evolución del mercado mayorista de la electricidad para aprovecharse de la volatilidad cuando los precios son bajos, y el resto de su consumo con otra compañía, a precio fijo, lo que le otorga más estabilidad.
Dentro de este pilar, la CE, que sugiere mejorar la información proporcionada a los usuarios en la firma de nuevos contratos y en la renovación de los antiguos, abre la puerta a que, si se declara una crisis de precios, los Estados miembros hagan extensivos los precios al por menor regulados a los hogares y las pymes.
Además, propone que los reguladores nacionales vigilen que las comercializadoras de energía disponen de cobertura de precios, que están cubiertas en los mercados a futuro, en línea con los precios fijos que ofrecen a sus consumidores.
Así, si la comercializadora tiene la mitad de sus clientes a precio fijo a dos años, lo normal sería que tuviera coberturas a futuro o a PPA durante el mismo periodo, para que si el precio sube de forma notable pueda seguir suministrando energía a los usuarios conforme a los niveles estipulados por contrato.
Renovables
Otro de los pilares de la propuesta es el de mejorar la estabilidad de los precios de la energía, lo que redundaría, principalmente, en una mayor competitividad de la industria.
Una de las medidas serían los PPA o contratos de compraventa de energía a largo plazo, un modelo que España lidera en el Viejo Continente y que ahora la CE intenta incentivar al ser una forma barata de promover la inversión en renovables sin recursos de los Estados.
Dado que la mayor barrera es el riesgo para la contraparte, la propuesta establece para los Estados miembros la obligación de asegurarse de que hay garantías financieras disponibles para estos contratos.
La segunda iniciativa sería el establecimiento de contratos por diferencias bidireccionales, de modo que no sólo se asegure un suelo de ingresos al generador sino que si los precios son muy altos, éste tenga que devolver el dinero al Estado, que, a su vez, lo repartirá entre los consumidores.
Se trata de un mecanismo que ya está siendo utilizado en países como España; es más, en esta crisis ha supuesto una fuente extra de ingresos para Estados que han podido usarlos después para amortiguar la subida de precios a los consumidores, como se ha visto en Portugal.
La CE pone el foco, asimismo, en el desarrollo de los mercados de futuro, respecto a los que pide que se avance y se creen “hubs” para que también los países más pequeños tengan liquidez en ellos.
Por último, la propuesta se basa en el avance de las renovables, con más PPA, que dan una certidumbre de ingresos al inversor como se está viendo en España, o modificando el horario de cierre de los mercados intradiarios, muy importantes para estas energías.
Pero incorpora además artículos para que los Estados miembros analicen sus necesidades de flexibilidad en el sistema durante, como poco, los próximos cinco años.
Estabilidad regulatoria
La propuesta, que ahora deberá ser negociada con los Estados miembros y con el Parlamento Europeo, fue publicada en la víspera por la CE, después de cerrar su consulta pública sobre la reforma del mercado eléctrico europeo en la contribuyeron más de 1.000 participantes.
Las fuentes aseguran que, en líneas generales, el funcionamiento del mercado a corto plazo -diario e intradiario- ha tenido mucho apoyo y que hay un consenso en que funciona, que ha traído muchos beneficios en términos de integración de los mercados europeos y seguridad de suministro, pero que hay que complementarlo con herramientas de mercados a futuro.
Con motivo de la consulta, muchos agentes incidieron en la necesidad de dar estabilidad regulatoria para promover la inversión en renovables y energías libres de carbono.
Sin entrar a valorar los planteamientos por países, las mismas fuentes advierten en que la propuesta de la CE no coincide con ninguno de ellos, aunque comparten ciertos aspectos, como sucede con el español respecto al papel de los contratos por diferencias.
Eso sí, el documento comunitario se centra en las nuevas inversiones, no en las plantas que ya están, al considerar que la retroactividad crea incertidumbre regulatoria que podría espantar las nuevas inversiones.