Fuente: El Periódico de la Energía
Las relaciones energéticas con Francia siempre han sido complejas, por no decir imposibles. Nunca han permitido que España se interconectara demasiado, lo justito. Le interesaba vender su energía nuclear hacia España, pero ahora todo ha cambiado.
En 2015 se abrió la última conexión en el caso de España por Santa Llogaia en Cataluña. Ahora ya se ha iniciado la construcción del cable submarino del Golfo de Vizcaya. Un proyecto de 2 GW que elevaría la capacidad de interconexión entre ambos países a los 5 GW.
Francia dice que de momento este será el último proyecto, que no habrá más. Según un informe de CRE, el regulador energético francés, el homónimo a la CNMC española, no están por la labor de llevar a cabo más proyectos de interconexión eléctrica con España más allá del cable submarino por el Golfo de Vizcaya.
“Los análisis de costo-beneficio realizados no han demostrado que los beneficios aportados por los proyectos adicionales superen los costes, en particular debido a una importante congestión en la red francesa, importantes necesidades de refuerzo de las redes ascendentes e importantes cuestiones de aceptabilidad local”, señala CRE en un reciente informe sobre las interconexiones eléctricas galas.
Reuniones para estudiar las interconexiones
El regulador francés explica que se han llevado a cabo reuniones entre España y Francia donde se están estudiando estos proyectos y que, de momento, no ven viable su desarrollo.
“La CRE considera que es apropiado tratar los diferentes proyectos uno tras otro, dándose prioridad a la finalización del proyecto Golfo de Vizcaya”, afirma.
Es decir, que primero se haga el del cable submarino y luego ya veremos. Pero de momento ni hablemos.
Los proyectos de interconexión con Francia adicionales al del Golfo de Vizcaya son dos cables por los Pirineos. Uno por Navarra y otro por Aragón. De momento son dos proyectos de interés común para la Unión Europea, pero eso no significa que Francia vaya a llevarlos a cabo.
Si no es una infraestructura rentable para uno de los integrantes del proyecto, este no sale por mucho que el otro quiera. Ya pasó algo parecido con el proyecto de interconexión gasista de Midcat, después renombrado STEP One.
En cada uno de los proyectos de interconexión ha habido tiranteces con Francia. La propia Teresa Ribera lo ha dicho por activa y por pasiva, que siempre con Francia existen complicaciones en las interconexiones.
Comisión bilateral
Ahora, de nuevo, Francia parece poner más problemas, a pesar de que ambos países crearon una Comisión bilateral para avanzar en las interconexiones el pasado mes de febrero.
“Aunque se ha resuelto la cuestión de la interconexión eléctrica en el Golfo de Vizcaya, quedan pendientes dos interconexiones a través de los Pirineos que deben completarse” añadió la ministra.
Ahora, parece que los franceses no están por la labor de hacer más. Volvemos a las andadas.