Fuente: El Economista
El mar Cantábrico, con sus aguas frías y profundas, se convierte ahora en un escenario clave en la batalla por los recursos energéticos en Europa. Este bastión del norte peninsular, acostumbrado a albergar a petroleros y cargueros que surcan sus rutas, observa estos días cómo un buque ruso desafía las sanciones impuestas por Estados Unidos, poniendo a prueba la resistencia de los mercados y la voluntad política de los compradores europeos. Estas nuevas sanciones amplían el impacto a buena parte de la ‘flota fantasma’ rusa (hasta 180 buques nuevos) y a los productores Gazprom Neft y Surgutneftegas. Todo con la estrecha colaboración de Reino Unido. Según informa Bloomberg, el Cool Rover, un buque cargado de gas natural licuado (GNL) procedente de la planta de Porto Vaya en Rusia, flota indeciso cerca de las costas de España y Portugal. El hecho de que el primer buque que está en esta situación sea en aguas ibéricas no es una casualidad, España será el país más afectado en la UE de las sanciones EEUU-Rusia.
El Cool Rover, cargado a finales de diciembre en la planta de exportación de GNL de Gazprom PJSC en Portovaya, es el primero en enfrentarse al impacto de las sanciones estadounidenses, consideradas las más agresivas hasta la fecha contra los hidrocarburos rusos. Esta embarcación es habitual en las rutas europeas, habiendo entregado cargamentos exclusivamente en el continente durante 2024. De este modo, su parada se ha convertido en la primera alerta para el mercado. Frente a la costa española, las sanciones no solo ponen a prueba las capacidades de los mercados para adaptarse, sino también los límites éticos de los países europeos, atrapados entre la necesidad de garantizar su suministro energético y el imperativo moral de no financiar a Rusia en su guerra.
En cualquier caso, este momento tenso en las aguas de la península ibérica pone de manifiesto una realidad. España está en el foco de las sanciones de EEUU a Rusia, al menos en lo que respecta al panorama europeo. Según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES) Rusia es el segundo máximo proveedor de gas para el país ibérico, solo por detrás de Argelia. En lo que va de año el país bereber ha supuesto cerca de 121.440 gigavatios hora de importaciones españolas y Rusia 68.000. Para poner en contexto esta diferencia EEUU, el tercer proveedor, supuso 53.873 gigavatios. La energía que llega en buques metaneros desde Rusia no solo es que sea todavía muy importante sino que, a falta de los datos de diciembre es prácticamente idéntica a la del año anterior donde, en total, se importó cerca de 72.700 gigavatios.
España se ha convertido en uno de los grandes referentes europeos en importación de gas ruso y lo ha hecho para aprovechar su enorme capacidad de regasificación (tiene el 27% de toda la capacidad de la UE más Reino Unido). Es por ello que los puertos españoles se han llenado de gas ruso barato con el fin de alimentar el sistema español o de ser reexportado a otros lugares para aprovechar esta gran infraestructura energética derivada de las siete plantas en la región. Aunque Francia importa más gas ruso que España tras duplicarse los pedidos de su principal puerto, el de Dunkerque, la realidad es que el país ibérico se encuentra en el centro de la problemática al ser el que más importa de las plantas sancionadas.
Ana Maria Jaller-Makarewicz, analista principal de energía del equipo europeo del Instituto de Economía y Análisis Financiero de la Energía (IEEFA, por sus siglas en inglés), defiende en declaraciones a elEconomista.es que las sanciones de EEUU tanto a barcos como a terminales de exportación rusas “afectarán claramente a España”. A pesar de que matiza que “debido a la naturaleza del proceso de reexportación es muy difícil conocerse el impacto exacto”, la realidad es que el, país ibérico verá cómo esta situación “restará más a España” en un contexto en el que los ingresos de reexportación ya estaban cayendo.
Según los datos de IEFFA los ingresos por esta vía han caído ya a la mitad de lo logrado en 2023 debido a que los países de la UE han optado por soluciones alternativas a los envíos de gas desde los puertos de las costas ibéricas. Una tendencia que “se acelerará por las sanciones”. Está caída se ve claramente en los últimos datos publicados por la CNMC. Según los mismos las exportaciones de gas natural por gasoducto han sido de 29,8 TWh (-46,4% interanual), el gas trasvasado desde las plantas de regasificación a buques ha sido de 18,7 TWh (-30,4% interanual) y el gas cargado en cisternas ha sido de 10,8 TWh (+8,0% interanual).
El gran golpe no vendrá de los barcos sancionados, una de las sanciones más emblemáticas y que “podrían reducir los volúmenes de envíos”. El principal impacto vendría de las sanciones a las terminales. Si bien el golpe más doloroso no se ha producido, pues la principal terminal rusa, Yamal no ha sido sancionada, España es la más expuesta a las dos que sí han recibido el castigo desde Washington: Portovaya y Vystk.
“España importa mucho de Yamal, pero es uno de los grandes destinos de Portovaya” comentan desde IEEFA. Los envíos de esta terminal “van a los puertos de Bilbao, Huelva y Cartagena”. Jaller-Makarewicz señala que, aproximadamente, el 10% de todo lo que importa a través de GNL viene de Portovaya. Esto tiene especial trascendencia teniendo en cuenta que el gas natural licuado supone cerca del 60% de todos los envíos que llegan a España. El país ibérico representa la terminal sancionada aproximadamente del 45% de todo su volumen de negocio en Europa, incluyendo a Turquía. En ese sentido, ahora el país “tiene que ver donde encuentra un gas tan barato como el que podría encontrar de esta fuente”.
Aunque es muy relevante el hecho de que ha evitado un golpe más duro, como puede ser una sanción sobre Yamal, la terminal responsable del 25% de las importaciones de GNL de España. Además, desde IEFFA explican que, mientras que los pedidos de la planta sancionada se dan a través del spot de mercado, es decir, sin contrato que genere obligaciones a firmas españolas, los pedidos de Yamal sí que cuentan con algunos “acuerdos muy importantes como el que tiene con Naturgy”.
España, por su parte, tiene margen para renunciar a esos pedidos especiales sin tener problemas adicionales. Eso sí, el precio es tener que encontrar una forma de sustituir estos pedidos y asumir la prima que se pagará por ello. Especialmente teniendo en cuenta que el gas ruso es más barato para los clientes europeos que otras opciones, especialmente en un momento donde los precios han subido por la alta demanda de Europa y Asia con las temperaturas en mínimos y la baja generación eólica en el viejo continente.
Por su parte, Francia no se ve tan afectada como España pues, a pesar de su liderazgo respecto al gas ruso, la realidad es que prácticamente todo llega a través de la planta que no ha recibido las sanciones de EEUU. Y, ya yendo al impacto de la caída de los pedidos rusos a España en el mercado energético local y europeo, desde IEFFA no ven grandes disrupciones debido a que “las exportaciones españolas solo fueron en un 40% a Europa, el resto a otros países como Egipto, Turquía, u otras economías fuera de la UE”. En definitiva esta situación hace que el impacto de alterar esta fuente de suministro para el viejo continente sea menor.
Estas son las sanciones
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha anunciado nuevas y contundentes sanciones dirigidas al sector energético ruso, el cual representa la principal fuente de ingresos del Kremlin para financiar su guerra en Ucrania. Estas sanciones, anunciadas el 10 de enero de 2025, incluyen medidas dirigidas a dos de los mayores productores de petróleo de Rusia, Gazprom Neft y Surgutneftegas, así como a más de 180 buques, traders opacos (la flota fantasma), proveedores de servicios petroleros y altos funcionarios del sector energético ruso. Según el Tesoro, estas medidas aumentan considerablemente los riesgos asociados con el comercio de petróleo ruso y refuerzan las sanciones previas implementadas desde el inicio del conflicto.
Una de las principales diferencias con las sanciones anteriores es el enfoque en la denominada ‘flota fantasma’, compuesta por buques que operan de manera opaca, con buques en los que ondean banderas de países poco ‘fiables’ (porque son paraísos fiscales o porque son estados casi fallidos) y facilitan actividades sancionables. El Tesoro destacó que muchas de estas embarcaciones también transportan petróleo iraní sancionado, lo que añade un nivel adicional de riesgo a las operaciones. Janet Yellen, secretaria del Tesoro, enfatizó: “Estamos intensificando la presión sobre la fuente clave de ingresos de Rusia. Estas acciones refuerzan nuestro compromiso de debilitar la capacidad del Kremlin para financiar su brutal e ilegal guerra contra Ucrania”.
Además, las sanciones incluyen restricciones a proveedores de servicios petroleros rusos, una medida sin precedentes. Estas restricciones prohíben la provisión de servicios relacionados con la extracción y producción de petróleo, lo que podría dificultar la capacidad de Rusia para mantener sus niveles de producción. Esta prohibición, que entrará en vigor el 27 de febrero de 2025, tiene como objetivo cortar el acceso de Rusia a conocimientos técnicos y equipos especializados. Según el Tesoro, “estas medidas buscan limitar el alcance y la sostenibilidad del sector energético ruso”.
Otro aspecto destacado es la sanción a 69 buques propiedad de Sovcomflot, la principal empresa estatal rusa de transporte marítimo. Estas medidas afectan tanto a petroleros como a buques de gas natural licuado (GNL), reduciendo significativamente la capacidad de Rusia para exportar hidrocarburos. En palabras del Tesoro: “Con estas designaciones, estamos obstaculizando las operaciones logísticas de Rusia en el sector energético, un componente esencial de su maquinaria económica”.
En cuanto a las empresas energéticas rusas, las sanciones incluyen a subsidiarias clave de Gazprom Neft y Surgutneftegas, ampliando el alcance de las restricciones a sus operaciones internacionales. Esto supone un endurecimiento respecto a las sanciones previas, que se limitaban principalmente a entidades directamente relacionadas con estas compañías. Ahora, cualquier entidad con una participación del 50% o más en estas empresas también está bloqueada. Este enfoque más amplio busca cerrar las vías de financiación alternativas que Rusia podría intentar utilizar.
Por su parte, el Departamento de Estado también ha tomado medidas complementarias, bloqueando dos proyectos activos de gas natural licuado y un importante proyecto petrolero en Rusia, además de sancionar a entidades de terceros países que apoyan las exportaciones energéticas rusas. Estas acciones subrayan el compromiso de Estados Unidos y sus aliados en reducir significativamente los ingresos energéticos de Rusia, que representan una porción crucial de su PIB.
Estas sanciones también destacan por su enfoque en traders (grandes empresas que pasan inadvertidas y cuyo trabajo es llevar el petróleo de un lado a otra a cambio de una comisión) opacos que han facilitado la exportación de petróleo ruso desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania. Según el Tesoro, muchos de estos traders están registrados en jurisdicciones de alto riesgo y operan con estructuras corporativas opacas. “Estas entidades no solo representan un riesgo financiero, sino que también perpetúan la capacidad de Rusia para evadir sanciones y financiar actividades desestabilizadoras”, afirmó el Departamento del Tesoro.
El golpe al petróleo no afectará casi a España
España dejó de importar petróleo ruso en 2022. Los envíos de crudo de Rusia a España se han reducido a cero desde que comenzó la invasión a Ucrania y se pusieron en vigor las sanciones. En 2015-2016, Rusia enviaba a España alrededor de 100.000 barriles diarios, ahora, este crudo se ha sustituido por completo por petróleo que procede de América, sobre todo de EEUU y Venezuela.
De este modo, España se ha convertido en una suerte de ejemplo de la reconfiguración de los flujos globales de petróleo. El crudo americano juega hoy un papel vital para el suministro de España, mientras que los grados de Asia están perdiendo peso. A su vez, las sanciones sobre Rusia están permitiendo que España exporte también una mayor cantidad de productos refinados, como es el caso del diésel y el queroseno.
En cualquier caso, el mar Cantábrico no es solo testigo, sino también juez en esta contienda. Los movimientos de sus aguas reflejan la incertidumbre de los mercados energéticos y las tensiones internacionales. Aquí, donde la tradición marítima se cruza con las nuevas dinámicas del comercio global, el Cool Rover se convierte en un símbolo de las tensiones entre la economía y la política.
En última instancia, este episodio en el Cantábrico pone de manifiesto que los océanos no solo conectan geografías, sino también ideologías y realidades políticas. El Cool Rover, con su cargamento de gas licuado y su destino incierto, recuerda que en los conflictos globales del siglo XXI, incluso las aguas más familiares pueden convertirse en campos de batalla estratégicos.