Fuente: El Economista
España corre el riesgo de perder una parte significativa de su producción verde por la falta de almacenamiento en baterías. De cara a 2030 las restricciones de producción, conocidas como curtailments, afectarán a un 6-7% de la generación renovable nacional, según un reciente informe de PwC y Ciemat, presentado por Fundación Naturgy.
Este rango se situaría por encima del 5% de una red eficiente que marca el reglamento europeo. El análisis advierte que, aún acoplando el objetivo de 2.500 megavatios (MW) de baterías marcado por el Gobierno en el nuevo borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, los vertidos de energía renovable representarán un 3% de la generación.
En el tramo horario de 9-12 de la mañana y en el de las 4-8 de la tarde, cuando la tecnología solar alcance sus picos de producción o deje de generar electricidad, “se producirán bajadas o subidas de demanda residual muy pronunciadas (rampas)”. Para mantener el equilibrio del sistema eléctrico es necesario que otras tecnologías “puedan paralelamente parar o comenzar a producir de forma flexible al mismo ritmo, aproximadamente 8.000 megavatios hora (MWh)”, advierte el análisis.
De cara a 2030 se prevén rampas horarias de hasta 14.000 MWh, que deben cubrirse con tecnologías flexibles, como los ciclos combinados o el almacenamiento. Los 2.500 MW de baterías que marca el plan nacional de descarbonización para el año 2030 “no serán capaces de soportar estas rampas provocadas por la penetración solar“, advierte el informe.
En la representación conocida como curva de pato se representa la diferencia entre la demanda eléctrica total y la demanda residual (la demanda restante después de descontar la producción de la energía solar instalada) a lo largo del día previsto para 2030.
Esta gráfica muestra cómo la entrada de energía solar al mediodía provoca una caída drástica en la demanda residual del sistema, lo que puede generar riesgos de sobregeneración o vertidos de energía. Por otro lado, cuando el sol se pone, la demanda residual vuelve a subir, lo que podría generar un riesgo de no cubrir la demanda si otras tecnologías no entran rápidamente para sustituir la generación solar.
Viabilidad económica
Las baterías pueden obtener sus ingresos del arbitraje de precios, por sus servicios en regulación del sistema o de otros ingresos regulados. En países en los que las baterías ya están operando en el mercado, al menos el 30% de sus ingresos vienen de mecanismos de potencia o servicios auxiliares. Patronales y firmas del sector energético en España llevan tiempo reclamando un mecanismo de retribución que aseguren la viabilidad económica del almacenamiento y envíe señales precios estables a posibles inversores.
Según el análisis, las baterías en 2030 necesitarían un nivel de subvención del 40% si operan solas (stand-alone), mientras las baterías combinadas con generación renovable (hibridación) podrían ser rentables en 2030 o requerir tan solo una subvención cercana al 10%. En este sentido, el informe destaca que la puesta en marcha de mecanismos de capacidad que retribuyan la capacidad de respaldo de las baterías puede cubrir parte de la subvención necesaria y contribuir a que las baterías sean rentables incluso antes.