Fuente: Cinco Días
La fuerte contestación ciudadana contra la reforma por decreto de las pensiones aprobada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha tenido un efecto directo sobre el sistema gasístico del país. Entre los paros convocados en todo el país por la ampliación de la edad de jubilación a los 64 años se encuentran los de las cuatro terminales de regasificación de gas natural licuado (GNL) con que cuenta Francia: dos en la costa atlántica (la de Dunkerque y la de Montoir-de-Bretagne) y otras dos en el Mediterráneo (en Fos-sur-mer, región de Provenza-Alpes-Costa Azul).
A raíz de las movilizaciones, iniciadas a mediados de este mes, y debido a las huelgas que han afectado a estas terminales, el volumen de gas transportado por Enagás a Francia se ha disparado. Hasta el punto, según datos del operador del sistema gasístico español y transportista, que el combustible exportado a Francia en los últimos días ha superado, en equivalencia, al que se recibe de Argelia a través del gasoducto de Medgaz, que une este país con España por Almería. Entre el 24 de marzo y el 28 de marzo, la tónica ha sido esta: las importaciones argelinas se han situado entre 177 GWh y algo más de 182 GWh cada día, en tanto, se ha exportado a Francia en los mismos días volúmenes entre 192 GWh y 199 GWh.
Desde comienzos de año, el ritmo exportador al país vecino ha sido más intenso, hasta 35 TWh, el equivalente a 35 buques metaneros, según datos de Enagás. Desde el pasado 8 de marzo, España ha registrado un saldo exportador importante.
Buena parte del gas enviado por las dos únicas conexiones gasísticas entre España y Francia (las de Larrau e Irún), procede de cuatro barcos metaneros contratados por comercializadoras francesas que se han visto obligados a regasificar su GNL en alguna de las seis plantas con que cuenta España. Habitualmente, la balanza depende del arbitraje de precios en la frontera.
La primera conexión gasística no solo con Francia, sino con Europa, se remonta a 1993, cuando entró en funcionamiento la de Larrau-Calahorra, que supuso la primera conexión con la red europea de gasoductos. Una parte importante de este tubo discurre por los Pirineos navarros en cotas superiores a los 2.000 metros de altura.
El segundo enlace, que pasó bajo control de Enagás en 2013, tras la adquisición del 90% de Naturgas Energía Transporte, es la de Irún (Guipúzcoa). Ambas conexiones internacionales con Francia se gestionan comercialmente como una única conexión, llamada VIP Pirineos (Punto Virtual de Interconexión).
Tras el rechazo de Francia de construir un gasoducto submarino por el Mediterráneo (proyecto sustituido sobre el papel por un hidroducto), las conexiones se limitan (y limitarán) a estos dos puntos, que suman una capacidad de 7,4 bcm (mil millones de metros cúbicos) de gas: 5,3 bcm el de Larrau y 2,1 el de Irún.
Una quinta planta en estudio
La crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania puso en solfa la seguridad de suministro de los países de la Unión Europea. Una de las medidas propuestas por España, que Bruselas terminó haciendo suya, es la compra conjunta de gas.
Sin embargo, cada país mostró sus deficiencias, en el caso de Francia, una insuficiente capacidad de regasificación de GNL. De hecho, el Gobierno estudia la posibilidad de construir una nueva terminal en el puerto de Havre para aumentar su oferta de GNL, según recogió en su día la prensa francesa. En el proyecto podrían participar TotalEnergies, GRTgaz, la filial de Engie que gestiona los gasoductos en Francia y Haropa Port, gestor del puerto normando de Le Havre.