Fuente: Invertia
El objetivo de potencia total instalada en el sector eléctrico del recién aprobado PNIEC 2030 (Plan Nacional de Energía y Clima) –214 gigavatios (GW), de los que 160 GW son de generación renovable y 22,5 GW de almacenamiento- se topan con una realidad tozuda: la demanda eléctrica en España está en niveles de hace casi 20 años. Tanto es así, que para no ‘canibalizar‘ el objetivo renovable del PNIEC, la demanda eléctrica debería crecer un 6% cada año hasta 2030.
Con datos de 2023, la demanda de energía eléctrica en España presentó un descenso del 2,3 % respecto al año anterior, alcanzando un total de 244.665 GWh, el valor más bajo de toda la serie (que se inicia en el año 2007, según el último informe de REE).
“Son unos 214 GW de potencia instalada, frente a un máximo de 46 GW de potencia máxima histórica“, explica en redes sociales Pablo Jimeno, ingeniero industrial y funcionario del Cuerpo Superior de Ingenieros Industriales.
En términos de energía, eso supone generar alrededor de 500.000 GWh al año cuando el consumo total en 2023 fue de 244.665 GWh, es decir, más que duplicar la generación. El sector eléctrico mira con preocupación estos números, porque si no se remedia a tiempo, el efecto inmediato es la ‘canibalización’ de los precios en el mercado mayorista.
Más data centers e industria
Absorber toda la producción eléctrica será uno de los puntos más críticos en los próximos cinco años.
La canibalización eléctrica (la reducción significativa en los precios del mercado eléctrico y, por tanto, una retribución menor como consecuencia de la sobreoferta de generación) continuará en 2025, porque aún no se cuenta con una capacidad instalada de baterías que pueda almacenar el excedente ni proyectos de hidrógeno verde que impulse la demanda.
Y no se vislumbra ninguna solución a corto plazo que evite que en las horas solares se vuelva a repetir la misma situación en el mercado mayorista de electricidad (pool) que en la primavera pasada, cuando incluso se llegó, por primera vez en España, a casar precios negativos.
“En el último año el consumo está subiendo en tasas del 1-2%, tal vez con Data Centers, electrificación de industria y transporte podemos hablar del 3 o 4% anual”, explica por su parte Alejandro Diego Rosell, profesor, escritor y comunicador con voz Top 21.
“Aún así un 35% de incremento del consumo supondría crecer en tasas del 6% anual”, añade.
“El almacenamiento con 22 GW va a tener que ponerse las pilas de verdad. El potencial está, pero serían 4.500 MW anuales lo que habría que instalar”, para llegar a ese objetivo.
Rentabilidad y PNIEC
Para Joaquín Coronado, experto energético y cofundador de la consultora Digital Five Investment, “el PNIEC contiene muchos aspectos positivos: marca una estrategia y unos objetivos ambiciosos, pero luego hay que ver dónde llegamos, y eso va a depender mucho de los incentivos y de la regulación, porque sólo se realizarán las inversiones si los que las hacen obtienen su retorno financiero”.
“Los 308.000 millones de euros que el PNIEC prevé que se deben invertir para alcanzar los objetivos, de los que un 82% corresponden a inversión privada, hay que amortizarlos y proporcionarles una rentabilidad”, continúa en redes sociales.
“Si suponemos una vida media de 25 años y que los inversores piden un retorno financiero del 7,5% (antes de impuestos, no apalancado), ya que no creo que nadie invertirá en transición energética por debajo de esta tasa, eso supone un coste anual aproximado de 22.700 millones de euros”, añade.
Un análisis al que Javier Revuelta, senior principal en la consultora energética AFRY, puntualiza que el PNIEC es “un único escenario irreal, con poco incentivo a la inversión en redes eléctricas, muy justas para la nueva demanda, y con poco incentivo al almacenamiento”.
Pero agrega “lo bueno es que tenemos mucho campo de mejora, y que al estar el gas natural caro está trayendo inversiones”