Fuente: El Economista
El sector energético vive un momento de alta tensión. Las patronal eléctrica, Aelec, y la gasista, Sedigas, se contradicen sobre el posible uso de las calderas de gas natural a partir del año 2040. Mientras la patronal eléctrica asegura que estarán prohibidas a partir de esa fecha, la gasista la contradice e indica que no será así siempre que se utilicen gases renovables.
La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica ha valorado hoy positivamente la publicación de la Directiva de Eficiencia en Edificios publicada por el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE), ya que “representa un paso adelante hacia el objetivo de descarbonización y reducción del consumo de combustibles fósiles en toda la Unión Europea”, según la presidenta de aelec, Marina Serrano. Esta directiva prohíbe que en 2040 se puedan utilizar los combustibles fósiles para calefacción y refrigeración en el sector residencial. Además, impide dar incentivos para la instalación de calderas fósiles a partir del próximo año.
Las subvenciones a las calderas fósiles se prohibirán a partir de 2025 y, además, la Directiva exige una terminación de las calderas fósiles en el 2040. Por ello, Marina Serrano añade que “todas las nuevas viviendas deberían construirse desde ya con sistemas de calefacción limpios, evitando a los ciudadanos inversiones en el cambio de calefacción en sus nuevas viviendas en un corto plazo de tiempo”.
Además, este nuevo texto legislativo define los edificios cero emisiones como una construcción edificio eficiente con un consumo de energía primaria nulo o muy bajo, que no genera emisiones de combustibles fósiles on-site y genera muy bajas emisiones de operación. Para ello, la energía tiene que proceder de fuentes renovables de autoconsumo, autoconsumo de proximidad, comunidades de energía o energías renovables de la red eléctrica.
Con su aprobación, aelec solicita al Gobierno una transposición rápida a la legislación española, y que las ayudas a los sistemas de calefacción se enfoquen a soluciones limpias de forma inmediata, lo que permitirá avanzar en la descarbonización del país y en la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
Por otro lado, Sedigas aclara que la Directiva europea recientemente aprobada no prohíbe, en ningún caso, las calderas de gas ni establece la obligatoriedad de sustituirlas por bombas de calor.
La asociación advierte que fiarlo todo a esta última tecnología va en contra de la idea de una transición justa al resultar económicamente inasumible para muchas familias. Además, carece de sentido limitar el uso de ciertas soluciones tecnológicas sin considerar la complejidad y características técnicas de las viviendas (zona climática, construcción vertical y superficie media disponible).
Para la asociación que dirige Joan Batalla, resulta necesario redefinir los planes de ayudas -que se deberían articular considerando la mejora real de la eficiencia energética y el tipo de tecnología adecuado- para que pueda alcanzar a todos los grupos poblacionales. Los actuales marcos de ayudas no fomentan el cambio de equipos en los hogares de menores rentas dadas las elevadas inversiones requeridas.
El sector gasista apela a desterrar la falsa percepción de que solo existe una forma de descarbonizar la calefacción de los hogares, a la que se suma la dicotomía interesada e inexacta de confrontar las soluciones descarbonizadas que ofrecen los gases renovables, biometano o hidrógeno renovable, frente a las soluciones eléctricas.
El carácter renovable de los sistemas de calefacción no depende de la tecnología, sino del combustible. Las calderas actuales son perfectamente compatibles con los gases renovables, sin requerir de adecuaciones adicionales. No se deben establecer limitaciones al uso de una tecnología, sino que todas las medidas deben enfocar sus esfuerzos en favorecer la descarbonización de los combustibles que se utilizan en la calefacción, es decir, garantizar la neutralidad tecnológica.
Ayer mismo, la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) dio la razón a Repsol en su pugna con Iberdrola por acusaciones cruzadas de publicidad engañosa. En concreto, la sección tercera del Jurado de Autocontrol ha estimado una reclamación presentada por el grupo dirigido por Josu Jon Imaz contra una publicidad de la eléctrica en la que se promocionaba la aerotermia.
La reclamación de Repsol se dirige contra una publicidad difundida en televisión y radio de Iberdrola en la que se daba a entender que el Consejo Europeo obligaría a España a la eliminación gradual de las calderas de gas. Así, la petrolera consideraba que esta publicidad resultaba “contraria al principio de veracidad” y “engañosa”, en tanto que ni la Directiva (UE) 2023/1791 del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de septiembre de 2023 relativa a la eficiencia energética, y por la que se modifica el Reglamento (UE) 2023/955, ni la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios, determinaban “la prohibición de las calderas de gas ni su obligatoria sustitución por aerotermia”.