Fuente: El Periódico de la Energía
El mercado eléctrico de España ha registrado un descenso “revolucionario, comparable a la situación vivida en la época de la pandemia”, que ha encontrado sus motivos en la pasada “perforación” del Mibgas de la cota de los 50 euros el megavatio/hora -que dejó sin efectos a la excepción ibérica– y en la “creciente expansión” del autoconsumo solar.
Se está produciendo “un choque” entre renovables y fósiles, en el cual, “las primeras están ganando la partida con superioridad”. Por ello, “la punta del iceberg a todo lo que está ocurriendo ha quedado reflejada en la curva de demanda”, que ha dibujado una “espectacular caída” del consumo de abril con respecto a marzo de 76 gigavatios hora al día, o lo que es lo mismo, un 12%.
Los factores de la evolución del pool eléctrico
Un contexto en el que el autoconsumo solar ha sido uno de “los principales protagonistas”, con un total de 2.500 megavatios instalados en 2022, lo que supuso un crecimiento del 108% con respecto al 2021. La generación fotovoltaica se encuentra en un estado de “gracia increíble”, ya que desde el año 2019 “ha aumentado cada año su inyección alrededor de un 50%”. Un datos que han culminado este mes de abril con un récord histórico de cobertura de 121 gigavatios hora al día -un 22% de la demanda total-, lo cual ha supuesto una subida intermensual del 45% y un aumento del 218% con respecto a diciembre de 2022.
La situación actual del gas en Europa está marcada por una estabilidad de precios con tendencias “levemente bajistas”, que muestra unas cotizaciones diarias para el TTF que oscilan entre 52 y los 39 euros y, en el caso del Mibgas, “algo más estable”, de entre 44 y 35 euros.
Estabilización que se justifica en las bajas temperaturas actuales en Europa -que han creado una resistencia para los precios en torno a los 40 euros el megavatio hora- y, principalmente, en los elevados inventarios de gas europeos, que, junto a las importaciones estables de gas natural licuado, “han derivado en una fuerte presión bajista del mercado”.
En Europa se ha abierto ante un escenario en el que el Mibgas podría cotizar “cerca o incluso por debajo” de los 30 euros el megavatio hora -niveles de mediados de 2021-, “haciendo posible que los precios de la energía eléctrica fuera de las horas solares se sitúen en el nivel de los 98 euros el megavatio hora, profundizando en el pico de pato”. “Hablamos por tanto, de un precio de media de 69 euros el megavatio hora, dato que se acercaría a los niveles del mes de mayo de 2021”, han añadido.
No obstante, lo anterior supone “reducir el riesgo de escasez de suministro”. “Contar con unos inventarios llenos al 100% para el mes de septiembre implica contar con estabilidad de precios, tanto eléctricos como gasísticos, hasta por lo menos la segunda mitad del invierno, es decir, hasta enero del próximo año”.
El petróleo
En cuanto a la situación que maneja el brent, tras el pasado desplome su precio, que llegó a situar en 71 dólares a causa del shock bancario, se volvió a recuperar tan sólo tres meses después, “alejando así los temores de una crisis financiera mundial” y llegando a tocar los 88 dólares por barril del raíl superior. En la actualidad, el precio ha vuelto a estabilizarse, marcando un precio escasamente superior a los 80 dólares.
En este sentido, “esta corrección del precio del brent se ha debido en su mayoría a que los suministros mundiales están mostrando signos de crecimiento”, con las exportaciones de crudo de Rusia “recuperándose por encima de los 3 millares de barriles diarios” y con la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos “mostrando un estancamiento de la economía en marzo, en medio de una contratación más lenta y un crédito más estricto, “ahondando así en la idea de que el endurecimiento monetario podría estar debilitando la demanda de petróleo”.
El crudo tiene “muy pocas posibilidades” de acercarse al nivel de los 100 dólares por barril “aunque aparezca la sesión estival, caracterizada por sus grandes desplazamientos”. Además, “aún no está totalmente claro cuánto de los recortes planificados por la OPEP se transformarán en reducciones reales de bombeo, ya que, tras prácticamente transcurrido un mes desde el anuncio, el mercado ha eliminado casi todas las ganancias”.
Finalmente, la presión bajista para los precios del Brent está “directamente correlacionada con la incertidumbre económica y la perspectiva de un aumento de las tasas de interés que puedan afectar de manera negativa al crecimiento de la demanda”.
“Si el mercado laboral de Estados Unidos se mantiene resistente y la inflación persiste, el crudo se encontrará con una economía débil -posiblemente en recesión-, cotizando cerca, pero por debajo de los 80 dólares por barril”. “Sin embargo, si los bancos centrales consiguen domar a la inflación, sin causar excesivos daños a la economía, entonces podríamos ver por pantallas precios entre 90 y 95 dólares por barril, siempre por debajo de los 100 dólares por barril”.