Fuente: Expansión
El sistema de tarifas reguladas que entró en vigor en enero encarece la factura eléctrica, justo el efecto contrario del que perseguía.
El nuevo sistema de fijación de tarifas reguladas de la luz, que el Gobierno puso en marcha el 1 de enero de este año para suavizar los precios eléctricos que paga el usuario final, está teniendo justo el efecto contrario.
Los clientes de luz en España no se están beneficiando del todo de la enorme caída de precios que se está produciendo en el mercado mayorista, o pool, donde se negocian los contratos de compraventa entre las empresas de producción de electricidad y las comercializadoras.
La razón es sencilla. Para evitar que el usuario soportara las fuertes oscilaciones que tenía el mercado diario del pool, en el sistema de cálculo de las tarifas reguladas el Gobierno decretó que una parte del recibo estuviera referenciada a los contratos de luz a futuro, en lugar del precio diario (spot). El problema es que ahora, sistemáticamente, el precio spot está yendo a la baja a mucha más velocidad que los precios futuros.
De esta forma, el usuario está pagando un sobrecoste, que en algunos momentos del día es extraordinariamente relevante. Un ejemplo fue este viernes, cuando hubo diferencias abismales que se movieron entre un precio de menos de un euro por megavatio hora (MWh) que llegó a costar el mercado diario en determinados momentos y los más de 100 euros que terminó pagando el usuario a esas mismas horas.
13:00, la hora clave
En concreto, a las 13.00 horas, el mercado spot estaba marcando 0,43 euros por MWh. El precio regulado a esa hora, según el área especializada Esios de la página web de Red Eléctrica, marcaba 117,15 euros.
A las 16.00 horas el precio regulado se corrigió algo, pero la diferencia entre el spot y la tarifa que paga el usuario seguía siendo muy significativa: 0,43 euros frente a 66,65 euros. Las diferencias de precios en todo caso ayer se mantuvieron durante la mayor parte del tiempo en más de cien euros por megavatio. ¿Dónde está el problema? En enero, el Gobierno cambió el sistema de cálculo del precio regulado de la luz, el denominado PVPC (precio voluntario para el pequeño consumidor), al que siguen acogidos unos nueve millones de usuarios.
Libres frente a PVPC
El resto están acogidos a contratos de libre mercado, aunque éstos también usan periódicamente como base para establecer sus precios los que marca el PVPC.
En el nuevo cálculo del PVPC, el precio de la luz ya no depende solo del mercado diario, sino también de la estimación a plazos mensuales, trimestrales y anuales. Es decir, son “señales de precio a largo plazo“. Con esa reforma, el Gobierno intentaba amortiguar las fuertes oscilaciones que tenía el pool. A priori, era una buena idea. Introducir contratos a plazo (más estables), en el cálculo de tarifas, parecía mejor que estar sometido a la montaña rusa de las oscilaciones diarias.
Buena idea, mal momento
Aunque conceptualmente parecía una buena idea, la realidad ha terminado por ponerla en cuestión. Desde enero, el mercado spot ha entrado en un descenso en picado de precios, que no es tan acusado en el mercado a plazo, con lo cual ahora los usuarios están pagando un sobreprecio. Ayer, a las 13:00 horas, para establecer el PVPC, el sistema de precios estaba cogiendo un coste de 0,00051 euros por kilovatio hora por el mercado spot y un coste de 0,02205 euros por kilovatio a cuenta del “ajuste de mercados a plazo”. Es decir, el usuario estaba pagando 43 veces más por el kilovatio a plazo que por el spot. A este sobrecoste hay que sumar otros conceptos en la factura, como los peajes de las redes y los cargos por las comercializadoras.
El problema del nuevo PVPC posiblemente no sea de diseño, sino que ha entrado en vigor justo en el peor momento. Se puso en marcha para paliar desajustes del mercado spot justo cuando este mercado está corrigiendo por si solo esos desajustes.
El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista se situó ayer en una media de 6,94 euros el megavatio hora frente a los 6,72 euros del jueves.
El precio de la electricidad sigue en mínimos desde el pasado noviembre y suma ya siete días por debajo de los 50 euros por MWh.
Según los últimos datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (Omie), la empresa que gestiona el pool, los 6,94 euros por MWh suponen una bajada del 87% con respecto a los 54,24 euros del sábado de la semana pasada y un descenso del 91% sobre los 78,02 euros de hace un mes.
En comparativa interanual, este sábado registrará un abaratamiento del 95%, ya que el 24 de febrero del año pasado el precio fue de 140,57 euros el MWh.
‘Louis’, responsable
La caída del precio que se está produciendo estos días se produce por la mayor producción de energía eólica, debido a la borrasca Louis, que viene de Francia y que está dejando fuertes rachas de viento e intensas precipitaciones en prácticamente toda la Península, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En la madrugada de este sábado, está previsto que la eólica aporte el 58% de toda la energía eléctrica que necesitará el país. Entre las 12:00 y las 17:00, el pool estará a cero euros.