Fuente: El Mundo
Sánchez choca con el operador del sistema al negar que se descarte un ciberataque y cita en Moncloa al sector tras advertir de que les exigirá responsabilidades.
Pedro Sánchez estuvo hasta bien entrada la madrugada del martes en la sede de Red Eléctrica, reunido, entre otras personas, con su presidenta, Beatriz Corredor. Ella es una ex ministra socialista, que fue elegida para el puesto por el Gobierno del líder del PSOE en febrero de 2020. Este operador desechó ayer que el gran apagón que sufrió España se debiera a un ciberataque. Una hipótesis que, sin embargo, el jefe del Ejecutivo no descarta. Es más, Sánchez confesó haberse enterado de esta conclusión por los medios. Al presidente del Gobierno, nadie del operador del sistema eléctrico nacional le avisó.
Un día después de que España se quedara a oscuras y desconectada, el Gobierno no pudo explicar que provocó la falta de suministro. Sánchez ha comparecido en tres ocasiones sin tener la respuesta. No se la proporcionaron. Sí, el lunes a las 12.33 horas, se perdió «súbitamente» el 60% de la energía que se consumía en ese momento. Ni el Gobierno ni Red Eléctrica facilitaron la solución a la pregunta clave: ¿por qué?
Los planteamientos de Sánchez trasladan desconfianza hacia el operador principal del sistema eléctrico. Su palabra no vale para La Moncloa. «Hemos tenido la colaboración del Incibe, del CNI, y hemos podido concluir que efectivamente no ha habido ningún tipo de intrusión en los sistemas de control de Red Eléctrica», dijo Eduardo Prieto, director de Red Eléctrica. Parecía que se deshojaba un pétalo clave de la margarita. No para Sánchez. «Sería imprudente descartar cualquier hipótesis y es imprudente señalar solo una u otra hipótesis».
La desautorización, como sucedió con el ministro Fernando Grande-Marlaska por el contrato de balas con una empresa israelí fue manifiesta. «El Centro Criptológico Nacional y el Incibe están trabajando para hacer su análisis -examinan los registros informáticos de Red Eléctrica y los operadores privados-. Nosotros vamos a analizar no sólo el transporte sino la generación de la electricidad» Esto es, La Moncloa quiere tener sus propios informes. De hecho, se ha pedido al Grupo Europeo de Coordinación de la Electricidad, que depende de la Comisión Europea, y a los reguladores independientes, que elaboren un informe desde Bruselas. También el Gobierno activa una comisión de investigación, pilotada por Transición Ecológica y con presencia de la CNMC, para depurar responsabilidades.
Porque Sánchez no hizo otra cosa que poner la sombra de la sospecha en las empresas privadas, a las que han pedido absolutamente todos datos e información que tengan. Mantiene viva la hipótesis del ciberataque porque descartarla le obligaría a dar una respuesta más concreta de lo sucedido y no la tiene. Pero apunta de manera directa. «Vamos a llegar hasta el final. Vamos a exigir responsabilidades a los operadores privados si es necesario y vamos a tomar medidas para que no se vuelva a producir. Lo que ocurrió no puede volver a pasar jamás». Ocurre que el lunes, el presidente del Gobierno calificó a Red Eléctrica como operador privado. «Este último dato que nos ha suministrado el operador privado Red Eléctrica», dijo. La sombra de la sospecha también les incumbe.
Hay incredulidad y malestar en el Gobierno con lo sucedido. La demanda de energía el lunes a la 12.33 horas era de La demanda eléctrica era de 25.180 megavatios, «una demanda relativamente baja y la disponibilidad de los sistemas de generación era amplia». El trabajo de Red Eléctrica es mantener el constante equilibrio entre la generación y la demanda de electricidad. Latentes sospechas, inquietud, a las que puso voz Sánchez: «Lo que sucedió fue un evento extraordinario en unas circunstancias normales y cotidianas, sin que hubiera ninguna crisis de anormalidad».
Horas después de poner la sombra de la sospecha en las empresas privadas, con un foco en Red Eléctrica, Sánchez convocó a estas compañías a La Moncloa a media tarde. Acudieron la presidenta de Red Eléctrica y representantes de Iberdrola, Endesa, EDP, Acciona Energía y Naturgy. En el sector existe gran malestar con el Ejecutivo por lo dicho por Sánchez. En la imagen difundida por el Gobierno llama la atención los rostros serios de los asistentes, aunque en Moncloa hablan de «clima constructivo» y niegan una caza de brujas. El jefe del Ejecutivo les pidió «colaboración para identificar las causas» del apagón.
Pero la crisis del apagón también es empleada por Sánchez para tratar de blindar su modelo energético, con una clara apuesta por las renovables, y tratar de trasladar a la opinión pública la conveniencia de no contar con las centrales. Un posicionamiento aprovechando la crisis por el apagón y cuando el PP pide al Ejecutivo prorrogar la vida útil de éstas. «Hay que prorrogar las centrales nucleares y es algo que hemos planteado en nuestra propuesta de competitividad para la economía española», dijo ayer Feijóo. Para Sánchez, no hay debate ni reconsideración. Cierra la puerta calificándolas de problema. «Durante esta crisis las nucleares lejos de ser una solución han sido un problema». Argumentan que la mayoría estaban apagadas y que hubo que destinar «grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos estables».
Para justificar su apuesta por las renovables y no por las nucleares, el Gobierno señala que en el momento del apagón, había generación de energía nuclear y que se desconectó igual que el resto. «No fue más resiliente que otras». Indicen, además, en que el sistema eléctrico español «ha operado en numerosas ocasiones como el lunes, con normalidad. No hubo problema de exceso de renovables ni de falta de cobertura».