Fuente: El Economista
El precio del gas en Europa ha vivido un agosto convulso. El recurso energético empezó a subir a finales de julio, a medida que las tensiones geopolíticas crecían en Oriente Medio, y los mercados temían por un posible deterioro de la oferta si el conflicto entre Israel y Hamás saltaba a Líbano, o incluso Irán. Además, los huracanes en Estados Unidos, o el inicio de una temporada de cierre temporal en las instalaciones de Noruega por mantenimiento, incrementaron las tensiones en el mercado, y a todo esto se sumó el inicio de la incursión de Ucrania en territorio ruso, en Kursk, una zona importante de paso de gas ruso. Después de tocar máximos del año el pasado 9 de agosto, en los 40,3 euros por MW/h, el gas ya ha corregido buena parte de las subidas de las últimas semanas. Con los inventarios en Europa bien abastecidos, los analistas descartan que el precio del recurso energético vaya a dar sustos en los próximos meses.
El precio del gas ha sufrido una subida en agosto que ha podido llevar a los consumidores europeos a temer un nuevo repunte agresivo de los precios como los que se han vivido en los últimos años. El recurso energético superó los 40 dólares el mw/h el pasado 8 de agosto, un precio que no se veía desde diciembre del año pasado. El origen de la subida fue un cóctel perfecto de factores que hacían temer por el suministro de gas al Viejo Continente.
Por un lado, el repunte de las tensiones bélicas entre Israel e Irán a mediados de julio, con Líbano en el punto de mira como especial foco de peligro, preocupó a los mercados por la posibilidad de una nueva escalada bélica en una de las regiones más importantes del mundo para el mercado de la energía. Al mismo tiempo, una competencia cada vez más fuerte por recibir el gas licuado en el mercado internacional dispararon todas las alarmas, y los precios en el mercado sufrieron las consecuencias. Además, la invasión de Ucrania al territorio ruso en Kursk, una región importante para el transporte de gas del gigante energético, terminó por disparar los precios del recurso energético.
La situación geopolítica no ha sido el único fundamental que ha contribuido a tensionar el mercado del gas en las últimas semanas. La entrada de gas natural licuado, el recurso que ha seguido comprando Europa una vez se vetó la compra de gas ruso, ha sido en julio un 30% menor de lo habitual durante ese mes, en parte, por el cierre de instalaciones en Estados Unidos por la llegada de la temporada de huracanes en el país. Con todo esto, sobre la mesa, los inversores se abalanzaron sobre el gas. Sin embargo, y aunque el riesgo geopolítico persiste, los mercados han terminado entrando en razón, y los precios han vuelto a niveles mucho más normalizados.
La vuelta a la ‘normalidad’
La caída del 9,4% que ha experimentado el precio del gas desde el 9 de agosto hasta ahora, y que lo ha llevado a caer de los 40,3 euros hasta los 36,5 en los que cotiza en este momento, se basa en la tranquilidad de que Europa está bien abastecida. Ni siquiera el comienzo de la temporada de mantenimiento en las instalaciones de Noruega, el mayor vendedor de gas a toda Europa, y que dejará al Viejo Continente sin el suministro que utiliza todo un país como puede ser Italia o Francia, ha evitado que el gas vuelva a los precios normalizados de los últimos meses. El mercado parece haber depositado su confianza en las importaciones de gas licuado, que poco a poco van recuperando los niveles habituales en la zona.
En este contexto, los mercados han vuelto a poner los pies en la tierra, pensando en la buena situación que mantienen en este momento los inventarios del recurso energético en la región. Los almacenes europeos están ahora llenos al 85% de su capacidad, una cantidad que encaja con la que suele ser habitual en estos momentos del año. Con estas cifras sobre la mesa, la calma ha vuelto al mercado, y todo apunta, si no se producen nuevos episodios de tensión geopolítica, a que la tranquilidad se va a mantener en los próximos meses.
Al menos así lo creen los analistas, quienes ofrecen sus previsiones de precios de gas para el futuro, y esperan unos próximos trimestres, y años, tranquilos en la región. Si bien es cierto que no se prevé que se vuelvan a pagar los precios que eran habituales antes de la crisis energética de 2021, por debajo de los 20 euros el MW/h, las estimaciones descartan que el gas vaya a volver a cotizar durante periodos largos por encima de los 40 euros en el medio y largo plazo. El consenso de analistas que recoge Bloomberg cree que el gas se moverá en los 35 euros el MW/h durante el último trimestre de este año, y el primero de 2025, y que seguirá cayendo, hasta el entorno de los 31 euros, en el segundo trimestre del año que viene. A partir de ahí, la tendencia de caídas continuará, con un precio medio estimado para 2026 de 28 euros MW/h en 2026 y 2027.