El gas natural se ha convertido en los últimos años en una de las materias primas más sensibles para la economía europea. Se trata del recurso que más se utiliza para generar electricidad en el Viejo Continente, sólo por detrás de la energía nuclear, y la volatilidad que ha experimentado su precio en los últimos años, una situación agravada por la guerra en Ucrania, se ha convertido en un motivo de preocupación por los repuntes tan agresivos que se han producido. Esta semana ha sido un buen ejemplo, con los precios remontando un 13% sólo el lunes, la mayor subida diaria que se ha visto en 2024, y el gas ha superado los 35 euros MW/h por primera vez este año. A estos precios el recurso energético vuelve a ser un contribuyente neto a la inflación, algo que no ocurría desde enero de 2023, y seguirá siéndolo durante todo el verano.
En los últimos días, el repunte que ha sufrido el precio del gas natural está relacionado con el cierre de una planta de procesamiento de gas en Noruega, Nyhamna, que ha reducido enormemente las importaciones de gas en Europa. Sólo el lunes el precio remontó un 13% en el mercado europeo, la mayor subida de todo el año, y que ha disparado la subida del precio del gas hasta el 47%, desde el primer día del ejercicio hasta ahora.
Además de los problemas en la planta noruega, Europa sigue sufriendo el impacto de un mercado del gas capado por la guerra de Ucrania. Los países de la eurozona se han visto forzados en los últimos años a buscar fuentes de gas alternativas a Rusia, su principal proveedor hasta entonces, y la entrada de gas natural licuado ha obligado a los ciudadanos y empresas europeas a pagar más por el gas y la electricidad que genera.
El rally que ha experimentado el gas en 2024 es un reflejo de la enorme sensibilidad que están teniendo los precios de la materia prima a las noticias que apuntan a un posible deterioro en las importaciones, a pesar de que los inventarios en Europa están ahora por encima de la media en la que suelen situar en este momento del año, con los almacenes de gas llenos hasta el 70% de su capacidad en la actualidad. A pesar de ello, el mercado es consciente de que la situación puede cambiar rápidamente, especialmente si Europa sufre un verano especialmente cálido, o si se mantienen las disrupciones en las principales fuentes de gas del Continente. Además, Europa también está teniendo que enfrentarse a la mayor demanda por parte de Asia, que está contribuyendo a encarecer los precios de la materia prima de forma global.
El gas será inflacionista durante el verano…
El último repunte de precios del gas lo ha llevado a alcanzar un precio que tendrá consecuencias en la cesta del IPC: el recurso energético va a ser un componente inflacionista durante todo el verano si se mantiene en los precios actuales, o si el rally alcista continúa. Las lecturas anuales de inflación sufrirán presión alcista por parte del gas en los próximos meses si se mantiene este escenario, ya que los precios son ahora mayores que hace un año, y seguirán siéndolo si el gas no baja de los 35 euros el MW/h.
Esto puede ser un problema para la política monetaria en Europa, en un momento en el que el Banco Central Europeo (BCE) está preparándose para bajar los tipos de interés por primera vez desde 2016, y se asume que llevará a cabo este movimiento en su encuentro de este jueves. El BCE tiene como objetivo alcanzar el 2% de inflación, y no termina de conseguirlo, por lo que no verá con buenos ojos que se produzca un nuevo repunte de los precios del gas. Además, hay que recordar el contagio que generó la subida del gas en el año 2021 y 2022, encareciendo otros bienes y servicios en la región por el aumento de los costes energéticos.
…pero será algo temporal
A pesar de las subidas de los últimos meses y a que los precios se han asentado por encima de los 30 euros MW/h, un nivel por encima de la media a la que cotizaba el gas antes de la pandemia de Covid (desde 2005, cuando empiezan los registros, en adelante, siempre fue raro ver el precio del gas repuntando puntualmente por encima de 30 euros), los analistas no están preocupados, en general, por la posibilidad de que el recurso energético se dispare de precio de nuevo.
Nortbert Rücker, responsable de análisis económico de Julius Baer, considera que “aunque los flujos actuales hacia los inventarios europeos son menores de lo normal, los propios almacenes están muy por encima de los niveles que se suelen ver en este momento del año”, explica el experto. “Creemos que los temores actuales por el suministro de gas en Europa son exagerados”, continúa Rücker, y señala cómo “la recuperación de los flujos de gas noruego hará que los inventarios vuelven a una situación normal. El boom de inversiones en energías limpias ha hundido el uso de gas para las plantas de generación, lo que significa que las importaciones tendrán que rellenar un hueco más pequeño”, confirma el analista.
En este sentido, el consenso de analistas coincide con sus estimaciones de precios del gas en Europa para los próximos años, ya que esperan que continúen relajándose, hasta caer por debajo de la cota de 30 dólares MW/h de forma contundente. Para el año 2025 los analistas que recoge Bloomberg creen que, de media, el gas se moverá en los 36,5 euros, un precio que bajará hasta los 30,9 euros el año siguiente, si se cumplen las previsiones, y que seguirá cayendo, hasta los 27,3 euros, en 2027.