Fuente: Cinco Días
El autoconsumo energético vive tiempos de cierta reconversión o, al menos, lenta digestión, afectado por la volatilidad de los precios y el cambio de ayudas públicas. El sector registró en 2023 la primera contracción en su crecimiento en España, después de haber multiplicado por 26 la potencia anual instalada en los últimos cuatro años, con la instalación de 1.943 megavatios (MW) nuevos a lo largo del año pasado, lo que supone una reducción del 27% con respecto a la cifra récord de 2022. Son datos que ofreció este lunes la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) a través de su informe anual sobre el autoconsumo fotovoltaico.
A pesar de este freno, con los casi 2.000 MW nuevos del año pasado -1.416 MW industriales y 527 MW residenciales-, el autoconsumo rompió al cierre de 2023 la barrera de los 7 gigavatios (GW) instalados en el país. Con todo, el nivel queda lejos de los 2.650 MW (1.625 MW industriales y 1.024 MW residenciales), de 2022.
El director general de APPA Renovables, José María González Moya, ha vinculado esta caída “coyuntural” al fin paulatino de las ayudas a las instalaciones de los Fondos de Recuperación de la UE y a la caída en los precios de la electricidad frente a los picos que se vivieron en 2022.
En este sentido, el presidente de APPA Autoconsumo, Jon Macías, ha considerado que, más allá de este cambio de tendencia en 2023, el dato “es muy bueno”, ya que supone un crecimiento del 69% del autoconsumo en dos años, lo que “consolida” al sector y permite enfilar el objetivo de alcanzar la meta de los 19 GW instalados en 2030 que dibuja el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno. Para ello, sería necesario un ritmo de 1,6 GW al año y “estamos por encima de esa senda”, ha dicho González Moya, informa EP.
Este ritmo de crecimiento de los últimos años permiten al autoconsumo superar ya, tras el ‘boom’ vivido en estos últimos años tras el fin del llamado ‘impuesto al sol’ con la llegada del Gobierno del PSOE, superar a la energía nuclear en potencia instalada, aunque no así en aportación a la producción.
Además, de cara a 2024, APPA ve “factible” que el sector se pueda mover en los volúmenes de entrada de nueva potencia en autoconsumo del año pasado, ya que las instalaciones son cada vez más baratas. “Creemos que podemos estar ahí de esos 1,9 GW de 2023″, añadió González Moya.
Pérdidas
No obstante, el sector lamenta el problema que las grandes instalaciones tienen para verter y comercializar su excedente, llegándose a la situación “absurda” de tener que bloquear la generación con sistemas anti-vertido por “limitaciones regulatorias y técnicas”.
Ello lleva a que el 18% de la posible generación se desaprovecha, unos 1.642 GWh, que habrían representado un valor cercano a los 131 millones de euros solamente el año pasado. De esta manera, las empresas acumulan desde 2016 unas pérdidas de 405 millones de euros por esa energía que no puede ser vertida al sistema eléctrico. Además, si se hubiera aprovechado todo el autoconsumo en la cobertura de la demanda habría ascendido al 3,7% del consumo eléctrico nacional, con lo que se registra una pérdida del 0,7% que no se está pudiendo verter a las redes.
Respecto a los retos a futuro para la consolidación del sector, APPA muestra su preocupación por el “intrusismo” existente, que ha llevado a que “algunas instalaciones no se hicieron de la mejor forma posible”.
Por otra parte, en lo que se refiere al despliegue en general de las tecnologías renovables en España, González Moya ha señalado que el cierre de 2023 dará una cifra de potencia instalada en línea con la de 2022 -con unos 7-8 GW-, aunque ha advertido del desequilibrio en este crecimiento existente entre la solar y la eólica, con apenas un despliegue de unos 600 megavatios (MW), frente a los 1.500 MW del año anterior. “Se están poniendo todos los huevos en la misma cesta”, ha asegurado.