Fuente: El Economista
El Gobierno de Joe Biden ha detenido de la aprobación de nuevas licencias para exportar Gas Natural Licuado (GNL). El motivo es que quiere examinar como los envíos afectan a su economía, al cambio climático y a la seguridad nacional en una moratoria que alterará los gigaproyectos de las empresas de EEUU. Estas firmas se han lanzado a incrementar su producción tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, convirtiéndose en el gran suministrador de GNL para el viejo continente.
A partir de ahora el Departamente de Energía realizará una revisión de los anteriores estudios que respaldaban los envíos de gas natural a diferentes regiones del mundo. Mientras se realiza este proceso no se paralizarán los nuevos envíos completamente, pero estos ahora tendrán que ser revisados uno por uno y declarados de interés público. “Analizaremos detenidamente los impactos de las exportaciones de GNL en los costes de la energía, la seguridad energética de Estados Unidos y nuestro medio ambiente”, dijo el presidente Joe Biden en un comunicado. “Esta pausa en las nuevas aprobaciones de GNL ve la crisis climática como lo que es: la amenaza existencial de nuestro tiempo”.
La medida reabre el debate sobre el papel del GNL en el futuro del mercado de la energía mundial. Mientras sus defensores sostienen que es crucial para lograr que las naciones en desarrollo dejen de usar carbón y permitir que Europa impulse su economía sin el gas ruso, los activistas del medio ambiente advierten que construir la enorme infraestructura necesaria para transportar GNL garantiza que se quemará durante generaciones venideras.
La revisión, que no afectará las autorizaciones otorgadas previamente ni afectará inmediatamente el estatus de Estados Unidos como principal exportador de GNL del mundo, será realizada por los laboratorios nacionales del Departamento de Energía. Podrían pasar meses antes de que un informe esté disponible. Los altos funcionarios de la administración que informaron a los periodistas sobre el plan no fijaron una agenda clara para el proceso, y se limitaron a decir que se haría rápidamente y tomaría algunos meses. Durante este proceso, las empresas tendrán un menor incentivo en sus macroproyectos para producir y enviar gas natural licuado, pues no tendrán certezas sobre si ese incremento de la producción será aprobado por el Gobierno.
“Han sucedido muchas cosas en la última década desde que se creó este programa y necesitamos tener una comprensión aún mayor de las necesidades del mercado, la oferta y demanda a largo plazo de recursos energéticos y los factores ambientales”, dijo la Secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
Esta decisión se toma en medio de un gran debate que atraviesa EEUU de cara a las elecciones de noviembre. Los activistas climáticos cargan abiertamente sobre el incremento de los envíos de GNL. La suspensión de los permisos representa “el primer paso para detener estas megabombas climáticas”, dijo Allie Rosenbluth, directora del grupo ambientalista Oil Change International, en declaraciones a Bloomberg. “Detener las exportaciones de GNL es una cuestión decisiva para su historial climático en estas elecciones”.
Por su parte los republicanos, con Donald Trump a la cabeza, están pidiendo que se aparten por ahora las preocupaciones climáticas en el GNL en favor de las ventajas de una mayor producción (más ingresos para EEUU y sus empresas y energía más barata), además de priorizar los empleos que genera este sector. Esto se suma al hecho de que mayores envíos de gas sirven para limitar la influencia de Rusia dando a los mercados un proveedor alternativo.
“La decisión de la administración de congelar la revisión de nuevas terminales de GNL es profundamente inquietante y plantea riesgos significativos en todo el mundo”, dijo Marty Durbin, presidente del Instituto de Energía Global de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. “Traiciona a nuestros aliados en un momento de inestabilidad geopolítica y podría ralentizar la transición energética”.
Ya son 10 los proyectos norteamericanos que han obtenido la bendición del Departamento de Energía para exportar GNL estadounidense, pero siguen en diversas etapas de desarrollo. Estados Unidos tiene otros siete proyectos de GNL actualmente en funcionamiento, y aún se podrían construir 12.000 millones de pies cúbicos adicionales por día de capacidad de exportación justo con las aprobaciones existentes.
Cuatro proyectos serán los más afectados porque han pasado por los permisos iniciales y han sido sometidos a una revisión requerida por separado por parte de la Comisión Federal Reguladora de Energía, pero están efectivamente bloqueados sin una licencia de exportación final del Departamento de Energía.
Respecto a Europa, esto no tiene por qué afectar a su situación actual, pero podría limitar las compras futuras a lo largo de los próximos meses. El gas natural licuado que llega a través de los metaneros de EEUU supone el 40% de las importaciones totales de Europa frente al 12% de Rusia, el 13% de Catar y el 7% de Argelia. Se espera que el país norteamericano siga siendo el principal suministrador del viejo continente, pero queda por ver cómo afectaría esta limitación a los nuevos envíos para 2024.