Fuente: Invertia
Publicada ya en el diario oficial de la UE la Directiva sobre Eficiencia Energética en Edificios (EPBD o Energy Performance Buildings Directive), España tendrá que transponerla a la normativa nacional en los próximos 24 meses. La trasposición se realizará a través de la revisión del Código Técnico de la Edificación y otras normativas referencia para el sector de la edificación.
A partir de ahora, se deberá repensar cómo se utiliza la energía en las viviendas o en los edificios en general, como por ejemplo la obligación de incorporar módulos solares para autoconsumo o el fin de las subvenciones a la compra de nuevas calderas de gas. Y además, todo el sector de la construcción tendrá que repensar su modo de producir materiales.
“Estamos hablando de cambiar todo el ciclo de vida de un edificio”, explica a EL ESPAÑOL-Invertia Greta Tressera, arquitecta especializada en desarrollo sostenible y vicepresidenta de la Agrupación Arquitectura y Sostenibilidad del Colegio de Arquitectos de Cataluña.
“Habrá que descarbonizar la fabricación de los materiales con los que se va a construir y llegar hasta, por ejemplo, los sistemas de climatización y de iluminación, para reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía”. Es lo que se ha denominado como ‘Potencial de Calentamiento Global PCG’.
La revisión propuesta de la Directiva prevé reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía en el sector de la construcción de la UE de aquí a 2030, y hacerlo climáticamente neutro a partir de 2050. También busca renovar los edificios menos eficientes y mejorar el intercambio de información sobre el rendimiento energético.
Calderas de gas y autoconsumo
La Ley deja claro que los Estados miembros deberán adoptar medidas para descarbonizar los sistemas de calefacción y eliminar gradualmente los combustibles fósiles en la calefacción y la refrigeración. El objetivo es eliminar por completo las calderas de combustibles fósiles para 2040.
“Lo más importante en este punto es recordar que la vida útil de una caldera de gas suele rondar los 15 años, así que si alguien se la acaba de comprar que no se preocupe, que aún la podrá seguir usando”, añade Greta Tressera. “Ahora bien, si hay que pensar en comprar una, es el momento de hacer números y valorar la instalación de una bomba de calor en su lugar”.
Sin embargo, la Asociación Española del Gas, Sedigas, recuerda que el texto aprobado no contempla la prohibición de las calderas de gas ni establece la obligatoriedad de sustituirlas por bombas de calor u otras alternativas electrificadas. El objetivo, sin embargo, es reducir el consumo de combustibles fósiles, como el gas natural.
“En ningún caso limita, mucho menos prohíbe, la instalación de estas tecnologías cuando estén preparadas para utilizar energías renovables como el biometano o el hidrógeno renovable, ambos gases renovables“, dice Sedigas.
A partir de 2025 se prohibirá subvencionar las calderas independientes de combustibles fósiles. Los incentivos financieros seguirán siendo aceptables para los sistemas híbridos de calefacción que utilicen una cuota significativa de renovables, como los que combinan una caldera con una bomba de calor o una instalación solar térmica.
El autoconsumo o la energía fotovoltaica también tienen un capítulo especial. La directiva señala que si fuera técnica y económicamente adecuado, los Estados miembros tendrán que implementar instalaciones solares en todos los edificios residenciales nuevos de aquí a 2030.
Además, se establecen requisitos para infraestructuras de movilidad sostenible, como puntos de recarga para vehículos eléctricos.
Impacto en el sector inmobiliario
Esta Directiva no solo tendrá efectos en el sector de la energía, también removerá los cimientos del sector de la construcción, del trabajo de los arquitectos, de las inmobiliarias y de los residuos.
“Introduce requisitos significativos para los edificios, tanto nuevos como existentes, con especial énfasis en la Rehabilitación Energética y la implementación de tecnologías y energías limpias”, explica por su parte Inés Leal, asesora experta ESG en temas Sostenibilidad, Energía y Nuevas Tecnologías en Edificación y Ciudad.
“En mi opinión, la aprobación de esta nueva EPBD es un claro llamamiento a la acción para el sector inmobiliario español. Como profesionales nos enfrentamos a un desafío y, a la vez, a una oportunidad sin precedentes para liderar la transición hacia una edificación más sostenible y eficiente”, apunta.
“Y, aunque el camino hacia la descarbonización presenta grandes retos, también ofrece posibilidades significativas para la innovación, la creación de empleo y el desarrollo de un sector inmobiliario de más calidad, más resiliente y eficiente energéticamente”, señala la experta.