Fuente: El Economista
China endurece la batalla por las tecnologías verdes tanto con Europa como con Estados Unidos. Los precios de los módulos solares están en caída libre por la sobreproducción existente y el incremento de los stocks, lo que ha provocado descensos superiores al 50% que ponen en riesgo la aspiración de alcanzar una producción europea de paneles de 30 GW en el año 2030.
La UE pretende poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles rusos y, para ello, ha propuesto elevar el objetivo en materia de energías renovables al 45% para 2030. La estrategia de energía solar pretende desplegar más de 320 GW de energía fotovoltaica en 2025 -más del doble que en 2020- y casi 600 GW para 2030, lo que supone un fuerte tirón de la demanda de módulos solares.
Por un lado, la batalla que se mantiene en este momento beneficia a Europa ya que reduce el coste, al menos en el corto plazo, de llevar a cabo la instalación de estas renovables. Prueba de ello es que compañías como Solaria han logrado ya cerrar compras de módulos a 9,3 céntimos por vatio, lo que supone una reducción del 62% frente al año anterior.
Esta batalla por los precios además se recrudece con varias medidas adicionales. China ha reducido la exportación de tierras raras (17 metales necesarios para la fabricación de módulos) y algunas de sus principales empresas han dado pasos adelante para optimizar el sector. El pasado 15 de diciembre, por ejemplo, se lanzó la llamada Alianza Ecológica de Innovación Abierta Fotovoltaica de 700W+ con gigantes del sector como Trina Solar, Astronergy, Canadian Solar, Risen Energy, TCL Zhonghuan y Tongwei.
Esta iniciativa busca que todas las empresas promuevan la estandarización de las dimensiones de los mayores módulos del mercado y su industrialización.
Bajo esta nueva normativa, los módulos de 700 W deberían seguir unas dimensiones ya acordadas y una especificaciones de montaje que facilitarán tanto la producción como la instalación y el mantenimiento. Estos avances permitirán contribuir a reducir el Coste Nivelado de Energía (LCOE), haciendo que la energía solar sea aún más accesible y eficiente, pero a la vez mucho más difícil de recuperar para Europa.
Según indica Pvxchange, “los precios de los módulos son demasiado bajos y no muestran signos de aumentar significativamente en un futuro previsible. Los nuevos productos de los sectores “generalista” y de “alta eficiencia” han vuelto a abaratarse, aunque se observa que la tendencia se está debilitando, al menos en el caso de los módulos de alta eficiencia y bajo coste. Al parecer, los volúmenes de entrega y producción se han reducido considerablemente para evitar un nuevo aumento de las existencias en Europa”.
La situación ha llegado a tal extremo que Solarpower Europe ha tenido que reclamar un rescate para los fabricantes de paneles solares por el impacto de la caída de precios de, al menos, 100 millones.
Para la asociación de productores fotovoltaicos se ha producido la tormenta perfecta con la caída de precios de la energía, el aumento de los tipos de interés, los cuellos de botella en las conexiones y la lentitud de los permisos que ha provocado que la demanda haya sufrido un importante retroceso frente a las previsiones iniciales.
Por contra, los fabricantes chinos han acelerado la instalación de nuevas plantas de producción de paneles solares y han casi triplicado su capacidad desde el año pasado a este, lo que supone un reto inasumible para las empresas europeas. Prueba de ello es que Norwegian Crystals pidió el pasado 21 de agosto el concurso de acreedores y Norsun ha suspendido la fabricación.
Bruselas, por su parte, ha resuelto ya algunas de las peticiones que lanzó el sector y ahora permite igualar las ayudas que se entregan en otros países para evitar la deslocalización de empresas, como acaba de pasar recientemente con la compañía de baterías Northvolt para evitar su marcha a EEUU.
No obstante, la Comisión no ha dado respuesta a la propuesta de adquisición de emergencia de los inventarios de módulos de los fabricantes europeos de energía fotovoltaica a través de un vehículo para fines especiales a nivel de la UE, y/o mediante la elaboración del Fondo para la reconstrucción verde de Ucrania, ni a la propuesta de creación de un banco de fabricación solar a nivel de la UE, similar al banco de hidrógeno en el marco del programa de innovación.
La patronal reclama acelerar la adopción de la Ley de Industria Net Zero, que incluya una fuerte sostenibilidad y criterios de resiliencia distintos del precio en subastas específicas. Se debería permitir a los Estados miembros crear “Subastas de resiliencia”, que premien a los sistemas solares con las mayores cuotas de producción en la UE.