Fuente: El Periódico de la Energía
Cepsa ha decidido poner en ‘stand-by’ sus inversiones en nuevos proyectos de hidrógeno en España debido a la incertidumbre regulatoria y fiscal en el país, ante la posibilidad de que el impuesto extraordinario a las energéticas pueda convertirse en un gravamen permanente, y estudia priorizar los proyectos internacionales.
Fuentes de la compañía, la segunda petrolera del país, indicaron a Europa Press que “está valorando el impacto que puede tener un incremento de su fiscalidad si se aprueba un nuevo impuesto permanente”, y subrayaron que, si esto se materializa, “provocaría un efecto muy relevante sobre la rentabilidad de los proyectos de hidrógeno, por lo que tendría que ralentizar las inversiones previstas en España y dar prioridad a proyectos de hidrógeno verde en otros países que, inicialmente, tenía planificados en una expansión internacional para una segunda fase del plan estratégico ‘Positive Motion'”.
A pesar de esta decisión, las mismas fuentes precisaron que la transformación en marcha de Cepsa “es irreversible para lograr que más de la mitad de su beneficio provenga de actividades sostenibles en 2030”.
Cepsa ha sido uno de los grupos más damnificados por este gravamen en los dos últimos ejercicios. De hecho, en 2023, cerró en unas pérdidas de 233 millones tras pagar más de 320 millones de euros por el impuesto.
Rechazo del sector al impuesto a las energéticas
Este jueves, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) -la patronal de las grandes petroleras de la que forman parte la propia Cepsa, Repsol, Galp, Disa o BP, entre otras- ya mostró su rechazo a un impuesto permanente al sector energético y advirtió de que este gravamen o la falta de claridad sobre el horizonte fiscal podía “desalentar las inversiones en el país”, poniendo en peligro los 16.000 millones de euros que prevé abordar el sector para su descarbonización hasta 2030.
Además, Cepsa sigue así los pasos de Repsol en su oposición frontal a la posibilidad de que este tributo pueda perpetuarse en el tiempo.
Ya hace un año, había dejado clara su intención de situar en ‘barbecho’ el llevar a cabo el proceso inversor en algunos de sus proyectos industriales en distintas zonas del territorio español hasta contar con unas condiciones estables y suficientemente atractivas para garantizar la rentabilidad.