Fuente: El Periódico de la Energía
Llueven y arrecian las críticas contra la reforma del mercado eléctrico que ha propuesto el Gobierno de España. Las eléctricas, los reguladores, el operador del mercado ibérico, Alemania y otros seis países, el sector renovable europeo, tanto solar como eólica, los grandes consumidores. A Ribera le han salido enemigos por todos lados.
Y es que su propuesta de reforma del mercado eléctrico no gusta por querer acabar con el mercado tal y como lo conocemos desde hace 25 ó 30 años. Su toque intervencionista no es del gusto de prácticamente nadie, salvo Francia cuyo mercado está formado por la gran compañía estatal EDF y que no le importa eso de cerrar CfDs de carácter público.
Ya están todas las cartas sobre la mesa. Bruselas ya ha recibido todas las respuestas posibles de los afectados y ahora tiene un mes, hasta el 14 de marzo para elaborar su propuesta para que luego se eleve y estudie en el Consejo Europeo.
Respuestas de ACER y Eurelectric
Las últimas respuestas dadas a conocer son la de ACER, la asociación de reguladores europeos donde se encuentra la CNMC española, y el Consejo Europeo de Reguladores de Energía (CEER) así como la de la gran patronal eléctrica Eurelectric.
Ambas exponen los peligros de la propuesta española de cerrar Contratos por Diferencia (CfD) con carácter público.
“Podrían generar (en promedio) precios más altos para los consumidores, ya que la competencia en las subastas de CfD puede no alcanzar el nivel de competencia que se experimenta en los mercados integrados a corto plazo (debido a la falta de competidores internos, falta de competencia transfronteriza, primas de riesgo elevadas)”, señala ACER.
“La adquisición central de CfD por parte del estado puede terminar en un resultado ineficiente de más sobredimensionamiento y sobreinversión del sistema eléctrico históricamente regulado y resultar en mayores costos para los consumidores”, destaca.
También señalan los reguladores a lo que puede pasar por ejemplo en Francia con la nuclear. “Dado que el diseño de los contratos estatales puede depender de una tecnología específica, dicha adquisición centralizada de los contratos corren el riesgo de tomar decisiones arbitrarias (y posiblemente subóptimas) sobre la medida en que (ciertas) tecnologías están subvencionadas. Esto puede obstaculizar los incentivos para la innovación de otras nuevas tecnologías más eficientes”, afirma el documento.
Nada obligatorio
Ya se conoce la opinión de Eurelectric en cuanto a la propuesta de reforma del mercado española, pero en si respuesta a Bruselas vuelve a recalcar algunos puntos de dicha propuesta y asegura que los CfD de renovables están bien pero si son de carácter voluntario, no obligatorio como propone el equipo de Ribera.
Por cierto, las grandes eléctricas europeas, entre ellas Iberdrola, junto a Eurelectric, tuvieron el pasado día 9 una videoconferencia con la comisaria Kadri Simson sobre la reforma del mercado eléctrico.
Junto a la española se encontraban las grandes compañías como E.ON, EDF, Fortum, EDP o RWE. La única que faltaba era la italiana ENEL, matriz de Endesa, aunque sí está representada bajo el manto de la patronal europea.
Este mismo martes Ribera seguía recibiendo críticas a su propuesta. Fue el caso de Carmen Becerril, presidenta de OMEL, el operador del mercado eléctrico ibérico.
Becerril, ha afirmado que “no hay que matar al mercado” eléctrico porque los precios sean altos, pues son altos por otros problemas que hay que atender, y ha apostado por la reforma de los mercados de futuros y la mejora de la regulación de los contratos a plazo (PPA).
Hace un par de días fue Alemania junto a otros seis países los que se oponían a la reforma española apostando por más mercado y menos intervencionismo.
Mantener el actual mercado
En dicha propuesta Alemania y sus socios abogan por mantener los grandes beneficios que ha reportado el actual sistema marginalista que ha ayudado a reforzar el mercado único de la energía.
Anteriormente organizaciones como Wind Europe o SolarPower Europe también criticaron la propuesta del gobierno así como numerosas asociaciones de consumidores industriales.
En definitiva, Ribera se queda cada vez más sola en la defensa de su reforma del mercado eléctrico.
Ahora sólo toca esperar a la propuesta de Bruselas dentro de un mes y cómo transcurrirán las negociaciones que probablemente se extiendan más allá de 2023, por lo que el nuevo Gobierno tras las elecciones de final de año o principios de 2024 tendrá realmente la mano para negociar el resultado de la reforma.