Fuente: El Economista
La Comisión Europea ha presentado un Plan de Acción para acelerar el despliegue de las redes eléctricas con el objetivo de que funcionen de manera más eficiente y se implementen más rápidamente. Dichas mejoras permitirán atender el aumento de la demanda de electricidad -que se estima crecerá un 60% de aquí a 2030-; la creciente demanda vinculada a la movilidad limpia, calefacción y refrigeración, electrificación de la industria e impulso de la producción de hidrógeno renovable; así como la integración de una gran proporción de energía renovable variable, ya que si Europa quiere cumplir los objetivos de renovables, la capacidad de generación eólica y solar deberá aumentar hasta los 1.000 GW a 2030, incluido un aumento de las renovables marinas de hasta 3,17 GW para 2050.
La modernización, ampliación y mejora de las redes eléctricas europeas requerirá importantes inversiones que la Comisión estima en unos 584.000 millones de euros de aquí a 2030 y que permitirán, no solo duplicar la capacidad entre países de la UE, sino también renovar unas redes de distribución con una antigüedad de 40 años en el 40% de las infraestructuras. La mayoría de estas inversiones se requieren en las redes de distribución para hacerlas digitales, monitoreadas en tiempo real, controlables remotamente y ciberseguras.
Dichas inversiones, apuntan desde Bruselas, generarán beneficios importantes, incluida la reducción de los costes de energía para los consumidores y las emisiones. Por ejemplo, los proyectos transfronterizos pueden reducir los costes de generación en 9.000 millones al año hasta 2040, mientras que las inversiones necesarias en capacidad y almacenamiento transfronterizos ascienden a 6.000 millones al año.
El Plan de Acción planteado por Bruselas -que se presenta junto a la selección de proyectos clave de infraestructura energética transfronteriza y al lanzamiento de un Pacto para el Compromiso-, consta de catorce acciones, para llevar a cabo en año y medio, con el objetivo de abordar siete retos principales. Uno de los retos consiste en acelerar, desde 2024, la implementación de Proyectos de Interés Común (PCI) existentes y desarrollar nuevos proyectos. Para ello, la Comisión, los Estados miembros y los promotores de proyectos, reforzarán el apoyo a la preparación de PCIs -así como también de Proyectos de Interés Mutuo (PMI)-, agilizando su implementación y financiación.
Otro de los retos consiste en mejorar la planificación de la red a largo plazo para lograr una mayor proporción de renovables y una mayor electrificación en el sistema energético -incluido el hidrógeno-. Para ello, la Comisión trabajará a partir del primer trimestre de 2024, en colaboración con la Asociación para la Cooperación de los Operadores de Sistemas de Transporte Europeos (ENTSO-E), en el desarrollo futuro del Plan Decenal de Desarrollo de Redes (TYNDP). Asimismo, la entidad que apoya a los Operadores de las Redes de Distribución (DSO) de la UE explorará, para mediados de 2024, estudios de casos y mejores prácticas, y publicará recomendaciones para mejorar la planificación de la red de distribución.
Realizar inversiones anticipadas para el desarrollo de la red futura es otro de los retos que Bruselas pretende llevar a cabo. Para ello, la Comisión propondrá, antes del primer trimestre de 2025, orientaciones que identifiquen las condiciones en las que se deben conceder dichas inversiones anticipadas y publicará, antes de junio de 2024, una Guía con orientaciones sobre el reparto de costes transfronterizos para proyectos extraterritoriales.
Incentivar un mejor uso de las redes
Las colas en las conexiones a la red provocan largos retrasos en la puesta en marcha de renovables, de ahí que otro de los retos que plantea la Comisión es incentivar un mejor uso de la redes. Sobre esta base, para mediados de 2025, ENTSO-E y la entidad DSO de la UE deberían establecer una visión general paneuropea para dar visibilidad a los desarrolladores de proyectos a la hora de conceptualizar dichos proyectos como nuevos proyectos de renovables o de carga de vehículos eléctricos, y ayudar a los desarrolladores a tener una previsión más clara sobre cuándo los proyectos pueden empezar a recibir ingresos. Asimismo, para finales de 2024, ambas entidades deberán promover la adopción de redes inteligentes, la eficiencia de las redes y las tecnologías innovadoras. Además, la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) deberá seguir apoyando a las Autoridades Reguladoras Nacionales (ANR), recomendando mejores prácticas en el próximo informe tarifario previsto para enero de 2025, basándose en consultas exhaustivas con todas las partes interesadas.
Mejorar el acceso a la financiación para proyectos de redes identificando productos e instrumentos financieros a medida para las inversiones en la red, es otro de los retos de Bruselas. A este respecto, se espera que la Comisión ponga en marcha un proceso reforzado con inversores (incluidos fondos de pensiones), agencias de crédito, instituciones financieras, autoridades reguladoras y operadores de sistemas para identificar y abordar los obstáculos a la financiación, incluso a través de préstamos bancarios, instrumentos basados en el mercado (deuda y capital), garantías y financiación combinada. Asimismo, la Comisión pondrá en marcha a partir del primer trimestre de 2024 un proceso para trabajar con los Estados miembros en oportunidades de financiación para las redes de distribución, incluso a través de una reunión específica de alto nivel.
Los proyectos de infraestructura enfrentan procedimientos de obtención de permisos complejos y prolongados, ya que cubren largas distancias atravesando muy a menudo varias jurisdicciones, de ahí que el Plan de Acción plantee mejorar los procesos de aprobación de permisos, garantizando la implementación y transposición de las normas ya aprobadas. Por un lado, la Comisión apoyará la aceleración de permisos, entre 2024 y 2025, proporcionando orientación y apoyo técnico sobre cómo implementar las herramientas legislativas existentes para que los Estados miembros puedan implementar medidas de aceleración. Asimismo, la Comisión lanzará un Pacto para el Compromiso para lograr una participación temprana, regular y significativa de las partes interesadas y la necesidad de un apoyo regulatorio adecuado.
La industria de la UE es líder mundial en la fabricación de componentes para sistemas eléctricos. Sin embargo, los promotores de proyectos de redes señalan plazos largos para la adquisición de componentes específicos de la red, a veces de varios años, debido a la escasez de suministro de algunos componentes o al aumento de los precios de las materias primas, de ahí que otro de los grandes retos que plantea Bruselas sea mejorar y asegurar las cadenas de suministro de la red, incluso armonizando los requisitos de fabricación de la industria para la generación y la conexión de la demanda. A este respecto, la Comisión solicitará a las Organizaciones Europeas de Normalización (ESO) que proporcionen un acuerdo en el que participen todas las partes interesadas (ENTSO-E , TSO y fabricantes) sobre especificaciones de productos comunes que deberían acordarse a finales de 2024. Además, la Comisión Europea evaluará y propondrá medidas para promover requisitos técnicos comunes en las revisiones de los códigos de red sobre los requisitos para los generadores y el código de conexión de la demanda de aquí a 2025, para garantizar que los fabricantes puedan beneficiarse plenamente del acceso al mercado único.