Fuente: El Economista
Bruselas permitirá que los países de la UE continúen apoyando a las empresas ante los altos precios de la energía hasta finales de junio. La Comisión Europea ha decidido este lunes prorrogar durante seis meses adicionales las medidas de apoyo a las compañías para hacer frente a los altos precios de la energía derivados de la invasión militar rusa de Ucrania, en un intento por dotar a los países de más flexibilidad para hacer frente a la temporada de frío.
Hasta el próximo 30 de junio de 2024, los Estados miembro podrán proporcionar una dotación de ayudas limitada, considerando que la normativa actual establece que debían retirarse a finales de este año. El importe máximo se eleva. Es así que asciende de 250.00 euros a 280.000 euros para el sector agrícola, de 300.000 euros a 335.000 euros en el sector de pesca y acuicultura y de 2 millones de euros a 2,5 millones de euros para el resto de sectores.
Los países podrán utilizar esta dotación económica durante seis meses adicionales a los previstos en un inicio, considerando que los precios continúan en niveles más elevados que los previos a la guerra. Sin embargo, cabe considerar que hace tiempo que Bruselas pide a los países comunitarios que procedan a retirar los apoyos puestos en marcha durante los últimos meses, en un intento por que la política fiscal y monetaria no colisione.
El comisario al frente de Competencia, Didier Reynders, ha apuntado que tras casi dos años, estamos ante “mercados energéticos más estables y una mejora de la situación económica”. Motivo por el cual Bruselas ha decidido que los instrumentos del Marco temporal de crisis “pueden retirarse progresivamente”. Al mismo tiempo, el comisario belga apunta que “persiste la incertidumbre ante el invierno”, por lo que una retirada progresiva permitirá a los países “proporcionar una red de seguridad a las empresas afectadas”.
La revisión del Marco Temporal de Crisis, adoptada por primera vez en marzo de 2022, buscaba que las compañías pudieran hacer frente a la situación y a la vez tomar las medidas necesarias para impulsar la transición verde de forma competitiva frente a otros países como Estados Unidos o China. La controversia entre países se hizo palpable.
Se reflejó, especialmente entre aquellos con mayor músculo fiscal, como Alemania o Francia capaces de dotar a su industria de grandes incentivos. Del lado opuesto, aquellos con menos capacidad fiscal, que denunciaban una ruptura con la igualdad de condiciones dentro del mercado único. Una queja que se ha hecho palpable considerando que Berlín copa casi la mitad de las ayudas dispuestas para mitigar la crisis.
La revisión anunciada este lunes mantiene, no obstante, el plazo del 31 de diciembre de 2023 para los apoyos en forma garantías estatales y de préstamos subvencionados. Y no se aplicará tampoco esta prórroga a las medidas para la reducción de la demanda de electricidad y combustibles fósiles, cuya vigencia se mantiene hasta el 31 de diciembre de 2025.
Es precisamente el Marco Temporal de Crisis el que permite a los países poner en marcha mecanismos de apoyo para ayudar a las empresas ante los elevados precios de la electricidad. Estas ayudas, como ha venido repitiendo el Ejecutivo comunitario, deben ser focalizadas, específicas y acotadas en el tiempo.
La idea es que los países puedan desplegar fórmulas para apoyar a las empresas afectadas por la incertidumbre económica, la ruptura de la cadena de suministro, y del alza del precio de los hidrocarburos, principalmente el gas tras la decisión de la UE de reducir su dependencia de Rusia tras la invasión militar de Ucrania.
Tras los picos de precios registrados tras la invasión de Moscú en Ucrania, la situación en los mercados energéticos parece haberse estabilizado, en particular en lo que afecta al gas y a la electricidad, los dos segmentos más afectados. Además, Bruselas considera que los riesgos de corte de suministro han disminuido por la diversificación de los proveedores realizada en los últimos meses.