Fuente: El Economista
La Comisión Europea ha sacado oficialmente a consulta pública la reforma del mercado eléctrico europeo, que estará abierta hasta el próximo 13 de febrero con el objetivo de obtener la opinión de Gobiernos, empresas y consumidores.
Según se detalla en el documento publicado, Bruselas pone el foco en dar más peso a los contratos de compra de energía a largo plazo (PPAs y CfDs) con el objetivo de “garantizar que las facturas energéticas de los consumidores y las empresas sean más independientes de la fluctuación de precios en los mercados a corto plazo”.
Asimismo, también busca proteger de “mejor” manera a los consumidores frente a la excesiva volatilidad de los precios, fomentar las energías renovables, incentivar el uso de alternativas al gas, reducir el impacto del precio de los combustibles fósiles en las facturas de la luz e introducir mejoras en transparencia, vigilancia e integridad del mercado.
El Ejecutivo europeo sostiene que el sistema actual ha permitido a los europeos disfrutar de un mercado “eficiente y bien integrado”, pero que, en este contexto de crisis energética, “el actual diseño del mercado de la electricidad ha mostrado una serie de deficiencias”. Por tanto, tal y como señala el escrito, “las reformas que emprenderá la Comisión subsanarán esas deficiencias y garantizarán unos mercados de la energía estables y bien integrados, que sigan atrayendo a inversiones privadas a una escala suficiente como facilitador esencial de los objetivos europeos del Pacto Verde y de la transición a una economía climáticamente neutra para 2050”.
Una vez examinadas todas las contribuciones, el equipo de Ursula von der Leyen tiene previsto presentar propuestas legislativas a finales de marzo.
Propuesta española
Los puntos presentados por la Comisión comparten cierta similitud con los de la propuesta española y es que esta se basa en que el regulador contrate con las centrales inframarginales energía a largo plazo, mediante contratos por diferencias (CfDs) a precio fijo y orientado a costes, e introduzca mercados de capacidad para las centrales que ofrecen capacidad firme o flexible, como son las de ciclo combinado. Si el precio en el mercado diario resulta ser más alto que el del ejercicio, la instalación renovable devolvería el exceso a los consumidores. Por el contrario, si este es más bajo, sería el sistema el que compensaría al productor renovable para que tenga asegurado los ingresos mínimos.
Desde Transición Ecológica hacen especial énfasis en que, en un contexto de una alta volatilidad de precios, se requieren instrumentos a plazo que proporcionen ingresos estables para productores inframarginales, así como precios asequibles y poco cambiantes para los consumidores.
En la otra cara de la moneda están las grandes eléctricas, quienes no ven con buenos ojos la propuesta española ya que, según ellas, provocaría “inseguridad jurídica”.