Fuente: El Periódico de la Energía
En una declaración reciente, la Comisión Europea celebró los logros del Plan REPowerEU, diseñado para acabar con la dependencia europea de los combustibles fósiles rusos. Esta iniciativa fue lanzada en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y las subsecuentes tácticas de Moscú de utilizar sus recursos energéticos como arma económica contra Europa. Sin embargo, la realidad muestra que el continente aún no ha logrado una independencia total.
“Cuando Rusia invadió Ucrania y convirtió sus recursos energéticos en un arma económica contra Europa, nuestra reacción fue rápida y contundente. Adoptamos el Plan REPowerEU para acabar con la dependencia europea de los combustibles fósiles rusos”, declararon la presidenta de la Comisión, von der Leyen, el vicepresidente Sefcovic y la comisaria de energía, Kadri Simson, en un comunicado conjunto.
Dos años después del inicio del conflicto, Bruselas subraya los resultados positivos de estos esfuerzos colectivos. Según la Comisión, se ha logrado una reducción significativa de las importaciones rusas de energía, lo que ha debilitado la economía de guerra del Kremlin y ha mostrado solidaridad con Ucrania. “La UE ha colaborado con socios internacionales fiables para reemplazar las importaciones rusas, utilizando compras conjuntas a través de la Plataforma Energética de la UE” destacan.
Además, los representantes europeos destacaron el arduo trabajo de Europa para reducir la demanda energética y la significativa inversión en energías renovables.
“Cuando las acciones de Rusia provocaron un fuerte aumento de los precios de la energía en el verano de 2022, acordamos una amplia gama de medidas para asegurar nuestro suministro energético y estabilizar los mercados. Los precios han vuelto a los niveles de antes de la guerra“, añadieron.
Desafíos
Sin embargo, a pesar de estos logros, persisten desafíos. Las compras de gas a Rusia no se han eliminado por completo, lo que indica que Europa aún depende en cierta medida de los suministros rusos. Aunque los gasoductos de Putin ya no son una herramienta de chantaje contra Europa, la transición total hacia la independencia energética sigue en marcha.
“Ahora, seguimos adelante con nuestros esfuerzos para eliminar por completo las importaciones de combustibles fósiles rusos, y para proporcionar una energía más segura, limpia y asequible a los ciudadanos europeos y reforzar la competitividad de nuestras industrias”, concluyó la Comisión.
Así, el siguiente paso será tomar una decisión histórica en cuanto a sus relaciones comerciales se refiere, que es romper del todo con el gas ruso. Los 27 quieren prohibir también la compra de GNL ruso. Esto es algo que afectaría de lleno a España, que es uno de los países que más GNL ruso compra en la UE, junto a Francia y Bélgica.
Según cuenta Politico, estos tres países y Alemania e Italia han solicitado a la Comisión Europea más información técnica sobre cómo se llevaría a cabo esta medida. De esta manera, en caso de aprobarse esta medida, afectaría a los traders que compran ese GNL ruso y a las regasificadoras de destino, aunque en el caso español no se cuestiona la medida adoptada por la Comisión Europea.