Fuente: El Periódico de la Energía
La evolución de la transición energética muestra la necesidad de una transformación del diseño del mercado eléctrico europeo. Tras los picos históricos de precios en agosto de 2022, se ha producido un intenso debate político sobre el diseño del mercado interior de la energía de la UE, el cual está previsto que continúe sobre la base de la propuesta legislativa presentada por la Comisión Europea el 14 de marzo de 2023.
De esta manera, y con motivo de la propuesta lanzada por la Comisión Europea de reforma del mercado, Eurelectric ha lanzado en colaboración con la consultora Compass Lexecon un estudio sobre cómo debería ser esta, basada en el actual mercado interior de energía, pero con la adición de un mayor empoderamiento del consumidor, de un marco de inversión en tecnologías limpias respaldado por más coberturas a largo plazo y un marco que garantice la seguridad de suministro.
Contratos a largo plazo
Un elemento clave en el debate sobre el mercado eléctrico es el impacto del shock de oferta en los clientes. El estudio de Eurelectric demuestra cómo un diseño revisado del mercado podría beneficiar a los clientes estableciendo un nuevo equilibrio entre las señales de precios a largo y a corto plazo. Es decir, propone un “uso mejorado” de los contratos privados a largo plazo de compraventa de energía, los llamados PPA (power purchase agreements) y de los contratos por diferencia (CfDs) combinados con mayor liquidez en los mercados a plazo, en línea con el enfoque de la Comisión.
Los PPA se refieren, en líneas generales, a contratos privados entre proveedor y consumidor, mientras que en los CfD es el regulador el que firma el contrato con el suministrador, que se compromete a entregar una cierta cantidad de energía a un precio prefijado que se comprará siempre.
Desde la patronal eléctrica proponen además la creación de una plataforma voluntaria paneuropea para facilitar el comercio de PPAs. Así, consideran que facilitaría que la oferta y la demanda se satisfagan más fácilmente, que proporcionaría arreglos contractuales estándar para los PPA para facilitar el comercio secundario durante la vigencia de dichos contratos si fuera necesario y permitiría al operador de la plataforma actuar como contraparte de los contratos de PPA, respaldados por garantías públicas.
El estudio también señala la necesidad crítica de garantizar un equilibrio entre los distintos instrumentos a largo plazo. Asimismo, plantea opciones técnicas innovadoras para los mecanismos de calibración y el diseño de los CfD.
Inversión
Los instrumentos a largo plazo también son fundamentales para las inversiones intensivas en capital en tecnologías renovables y bajas en carbono, ya que brindan estabilidad de precios y visibilidad a largo plazo de los rendimientos. Reducir el riesgo de tales contratos podría ayudar a impulsar las inversiones masivas necesarias para cumplir los objetivos de 2030, que deben alcanzar alrededor de 80.000 millones de euros al año para alcanzar los objetivos políticos.
Para garantizar la proliferación de instrumentos a largo plazo es fundamental eliminar las barreras legislativas que dificultan su uso. Este es especialmente el caso de los PPA privados. Dentro del informe proponen también una serie de medidas a nivel europeo y algunas medidas opcionales a nivel nacional dependiendo de las especificidades locales.
Seguridad de suministro
A medida que el sistema energético cambia con el aumento de la electrificación y la generación descentralizada, se necesita una visión más detallada de la dinámica cambiante, especialmente en las redes de media y baja tensión.
La patronal destaca la importancia de la seguridad de suministro y señala que el diseño del mercado eléctrico debe evolucionar para incluir mecanismos de capacidad en todo el mercado como parte central del diseño del mercado para garantizar la seguridad de suministro, y el proceso de aprobación debe simplificarse.
Así, recomiendan integrar estructuralmente los mecanismos en el diseño del mercado mediante reglamentos de la UE para racionalizar y automatizar el proceso de aprobación y a través de la modificación de estos reglamentos que establecen su último recurso elaborar directrices para fomentar la armonización de los mecanismos y simplificar el proceso de aprobación, manteniendo el mismo tiempo la suficiente flexibilidad para abordar las necesidades y especificidades nacionales de adecuación.