Fuente: El Economista
El suministro de gas natural a España puede complicarse en los próximos meses, especialmente, para Naturgy. Argelia lanzó ayer una dura amenaza a la mayor gasista española a la que advertía de un presunto corte del suministro si la compañía cambiaba de accionistas al hilo de los rumores de una oferta de compra por parte de la compañía emiratí Taqa.
Naturgy restó importancia a esta advertencia y recordó que la relación con Sonatrach se remonta a más de 50 años. El primer contrato se firmó dos años después de la creación de la compañía estatal, con lo que ambas empresas son los socios comerciales más antiguos en el aprovisionamiento de gas a Europa. Durante todos estos años no se han producido incumplimientos por ninguna de las dos partes. Ni siquiera en momentos políticos delicados en ambas orillas del Mediterráneo han dejado de honrarse los contratos.
Fuentes de la gasista explican además que el contrato con Sonatrach no incluye cláusulas de aprovisionamiento, (los vigentes vencen en 2030/31), que estén afectadas por cambios accionariales. De hecho, dichos cambios se han producido en el pasado -para dar entrada a GIP o CVC- y no han tenido impacto alguno.
Otro de los focos de tensión se sitúa en la Comisión Europea que ha planteado incluir el gas natural licuado dentro del paquete de sanciones para aplacar la maquinaria de guerra del Kremlin tras su invasión militar de Ucrania, que cuenta ya dos años. Y se propone hacerlo con un décimo cuarto paquete de sanciones en el que, como novedad, plantea incluir el gas natural licuado (GNL) entre la nueva tanda de penalizaciones a Moscú.La propuesta formulada por la Comisión Europea y el Servicio Europeo de Acción Exterior y trasmitida a los países incluye una propuesta que ahora pasará a ser debatida por los representantes de los Estados miembro para su posterior aprobación, que requiere unanimidad.
La propuesta incluye medidas para evitar el tránsito entre barcos del gas y para acceder a la construcción de nuevas plantas de GNL, según han indicado fuentes consultadas por este diario.
El nuevo paquete de sanciones afectaría a las exportaciones de gas ruso de la UE a terceros países pero no repercutiría, según la propuesta, sobre las importaciones directas de este hidrocarburo desde Moscú. La nueva ronda de sanciones vetará también la implicación de la UE en proyectos de GNL en Rusia.
La invasión militar rusa de Ucrania dejó un escenario de crisis energética en la UE. La elevada dependencia del bloque comunitario del gas de Moscú no hizo sino dotar de un arma de chantaje al Kremlin, que utilizó el comercio con este hidrocarburo como medida de presión al bloque a las puertas del invierno.A la UE no le quedó otra que diversificar su suministro para llenar las reservas de gas del subsuelo. El objetivo era llegar a unos niveles de almacenamiento que permitieran garantizar el aprovisionamiento durante el invierno. Estados Unidos aprovechó la ocasión y quiso dar el relevo a Rusia, con el cierre de varios contratos de GNL a la UE.
España se ha convertido en el país de Europa con mayor flujo de importaciones este hidrocarburo desde Rusia. Cerró el 2023 con un aumento de las importaciones de GNL de Rusia de un 43% respecto a 2022. Además, el cierre del gasoducto del Magreb ha propiciado que la dependencia del gas ruso se haya multiplicado por seis. Se sitúa como el segundo cliente del gas natural ruso, por detrás de China.