Fuente: Cinco Días
Con un crecimiento interanual del 108,6% en la energía fotovoltaica generada en marzo, según datos del grupo ASE, las cifras de la revolución renovable han vuelto a superar las proyecciones más optimistas. Pero para que de verdad se consoliden, España necesita una revolución paralela en almacenamiento.
Según Raúl García Posada, director de la patronal de empresas de almacenamiento energético Asealen, lo que el sector necesita es “un plan que vaya más allá de 2024. Un modelo retributivo que permita una mínima previsión de ingresos para una inversión que puede llevar hasta siete años”, dice, haciendo una comparación con “el sistema de pagos por capacidad que se estableció para las centrales de ciclo combinado por la seguridad que daban al sistema”.
La potencia instalada en almacenamiento ronda hoy los 8 GW y las eléctricas están iniciando trámites para desarrollar otros 650 MW, con Rolwind, Naturgy, y Endesa entre las principales. El objetivo del Gobierno es elevar la potencia en almacenamiento hasta 20 GW en 2030 y 30 GW en 2050, fomentando baterías químicas, estaciones de bombeo y sistemas termosolares, entre otros, además del hidrógeno generado con renovables, vital en procesos industriales de altas temperaturas y medios de transporte.
“En almacenamiento vamos retrasados y empieza a ser urgente si queremos llegar en 2030 al objetivo oficial de un 74% de electricidad consumida generada con fuentes renovables”, avisa José María González Moya, director general de APPA Renovables. Tanto González Moya como García Posada descartan la subida de tipos de interés como un problema acuciante para un sector sobre el que tantas miradas inversoras hay. En opinión del director de Asealen, lo que hay que eliminar son las trabas burocráticas. “Que la solicitud del punto de acceso y conexión a la red venga integrada a la aprobación de todo el proyecto, para tener la seguridad antes de acometer la inversión”, subraya.
Y gestionar la demanda de forma inteligente, añade Jordi García, de Schneider Electric Iberia: “Que las empresas y los particulares con baterías sean capaces de gestionar su consumo y almacenamiento ante señales del mercado y en función de la generación de renovables”.