Fuente: Voz Pópuli
La reforma del mercado eléctrico partió, de nuevo, a la Unión Europea en dos. Los países del sur, liderados por España, frente a los países del norte, con Alemania a la cabeza. Hasta este martes, los países del sur querían un mercado con mayor control estatal en la compraventa de electricidad. Los del norte presionaron por una reforma ‘light’ para respetar las leyes del mercado. Este martes, la Comisión Europea ha dictado sentencia: Alemania ha ganado a España.
La propuesta de la Comisión Europea ha defraudado a aquellos que esperaban una revolución del mercado de la electricidad que tanto ha castigado los últimos años a la Unión Europea. La medida reconoce que el actual diseño del mercado mayorista de la electricidad está anticuado. Pero propone unos matices al mercado y exige a los gobiernos que facilite contratos a largo plazo o más transparencia a los consumidores, sin controlar las reglas.
“Es construir sobre lo que había”, explican fuentes del sector a Vozpópuli tras conocer la medida de Bruselas y escuchas a la comisaria europea de Energía, Kadri Simson. “Más mercado, con contratos por diferencia (CfDs) voluntarios para desarrollar renovables si es necesario para nuevas instalaciones. Defiende el mercado marginalista y define como estrategia para desvincular el mercado de corto plazo (mercado entre agentes) el incremento de contratos a plazo y mecanismos para impulsar almacenamientos”, añaden.
Desde el sector reconocen con este análisis que Alemania ha triunfado sobre la intervención que quería España. La propuesta de Bruselas quiere que los mercados mayoristas a largo plazo con acuerdos bilaterales sean “esenciales” para el funcionamiento la evolución de los mercado mayorista de electricidad.
“Valoramos de manera especialmente positiva ver que esta característica esencial del diseño del mercado europeo de la electricidad no se cuestiona en la propuesta”, explican desde Aelēc, la asociación de Iberdrola, Endesa y EDP. Un ‘lobby’ muy crítico con la propuesta española. “La propuesta de la Comisión no incluye medidas de intervención estructurales ni de carácter retroactivo, que hubieran afectado de forma negativa a la cohesión del mercado único europeo, erosionando la confianza de los inversores y poniendo en riesgo la transición energética y el avance a una mayor autonomía energética en Europa”, matizan.
El sector ve que la propuesta de la Comisión Europea establece las bases para impulsar las inversiones dirigidas a su refuerzo y modernización, como un elemento clave para habilitar la transición energética. Un escenario que no se contemplaba cuando España diseño su propuesta. Con el tema de las redes, Bruselas propone que la retribución de la distribución se establezca de forma que se reconozcan los costes operativos y de capital incurridos en estos servicios. Una medida muy aplaudida.
El Gobierno también celebra
“Acogemos con satisfacción la propuesta de la Comisión Europea”, afirman desde el Ministerio para la Transición Ecológica. “Lo que hace un año se nos decía que era imposible, hoy se plasma en una propuesta legislativa que se inspira y recoge buena parte de las soluciones propuestas por España para mejorar el diseño del mercado eléctrico“, añaden.
Pese a que su propuesta haya sido rebajada, los técnicos del Gobierno aseguran que la Comisión ha asumido como “propia la propuesta de España de reforzar el protagonismo de los contratos a largo plazo y de capacidad“. “Consideramos de gran interés el respaldo que la propuesta de la Comisión realiza al impulso expresado por España para instrumentos como los contratos por diferencia (CfD) y los contratos de compra de energía (PPA)”, afirman desde el equipo de Teresa Ribera.
El Gobierno, tras observar las medida de la Comisión Europea, expone que se han recogido sus ideas de desacoplar el del gas y el carbón del mercado marginalista. “Creemos que al recoger la propuesta de la Comisión todos estos elementos demandados por España, la UE avanzará en una reforma integral del mercado de la electricidad que ofrezca señales en el presente y en el futuro, con mercados a plazo, precios más bajos y servicios de capacidad”, apuntan desde el Ministerio de Transición Ecológica.
Un ‘celebración’ ante el primer paso oficial de la Comisión Europea. El siguiente movimiento llegará en el Consejo como en el Parlamento, respaldarla a nivel tanto de Estados miembro como de grupos políticos, antes la negociación final de nuevo con Bruselas y con el objetivo de empezar a aplicarla en la primera mitad de 2024.